El INE, partido político del PRIAN

Cuando se creó el Instituto Federal Electoral (IFE), hoy Instituto Nacional Electoral (INE), los mexicanos entendimos que este organismo surgía como una especie de árbitro

Cuando se creó el Instituto Federal Electoral (IFE), hoy Instituto Nacional Electoral (INE), los mexicanos entendimos que este organismo surgía como una especie de árbitro, como una institución que tendría un carácter neutral que se encargaría de organizar, vigilar y calificar o descalificar los procesos electorales y sus resultados.

Los mexicanos supusimos que este organismo, respetando las leyes electorales y como todo árbitro, jugaría un papel imparcial en los procesos electorales entre los partidos políticos. Sin embargo, todos sabemos que nunca fue así: sabemos que en el juego electoral el INE siempre jugó sucio, jugó siempre con los dados cargados a favor de los candidatos del PRI y del PAN. 

El fraude electoral fue siempre el instrumento que el INE ha usado para darle el “triunfo” (así entre comillas) a cualquier candidato del PRI o del PAN ya sea para la presidencia de la República, gubernaturas, senadurías, diputaciones y hasta alcaldías. Recordemos la caída del sistema que le dio el “triunfo” a Salinas. La compra de votos, el mapacheo, el robo o quema de urnas, la extorsión y hasta la amenaza usó el PRIAN, con ayuda del INE, para ganar una elección.

Por eso es que hoy con desesperación el PRIAN, los organismos empresariales, dirigidos por Claudio X. González, empresas extranjeras, periódicos y gente fifí que se beneficiaron con toda la podredumbre y corrupción con que el PRIAN gobernó a México durante años, hoy defienden al INE. 

La derecha en México ve al INE, encabezado por el derechista Lorenzo, hijo de don Arnaldo Córdova, su única esperanza para poder recobrar el poder y sus canonjías que perdieron con Andrés Manuel López Obrador y el gobierno de la 4T. Pues el triunfo arrollador de Morena en 2018 hizo añicos a los demás partidos políticos: de aquel PRI aplanadora de otros años nada quedó, entonces el único partido político que le queda a la derecha y los fifí es el INE: el organismo de las triquiñuelas.

En la manifestación fifí que realizaron en días pasados, con el lema de que “el INE no se toca”, la derecha le quitó la máscara de neutralidad a ese organismo y dejó en evidencia, aún más, que ese organismo siempre ha estado a su servicio, y está hoy más corrompido que nunca. Muchos manifestantes ese día ya ni llevaban playeras con logos de ningún partido opositor, sino con logos del INE como si este fuera su Partido Político. Porque en la práctica así ha funcionado el INE, no como un árbitro neutral, sino como un partido político de la derecha.

Revisando los informes de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, nuestra Constitución General de la República fue modificada 55 veces durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari; con Ernesto Zedillo se modificó 77 veces; con Vicente Fox nuestra Constitución se modificó 31 veces; con Calderón 110 veces y con Peña 147 veces. Y los fifí de la derecha, que defienden al INE con todo fervor y pasión, gritan como energúmenos casi al filo de la histeria. “¡El INE no se toca!

Y ojalá que los cambios a la Constitución hecho por los presidentes del PRIAN hubieran sido para beneficiar a México y al pueblo. Por el contrario, esos cambios sirvieron para procrear una minoría de millonarios y favorecer a capitales extranjeros. Esas reformas se hicieran a modo de la política privatizadora propia del neoliberalismo económico: se privatizaron y extranjerizaron los bancos sin tomar en cuenta al senado y con ello surgió el FOBAPROA, la deuda más grande que haya surgido en la historia de México. 

Los cambios que Salinas le hizo a la Constitución fueron con el fin de privatizar las empresas paraestatales que México tenía en 1982 y la gente fifi y de derecha nunca dijo: “¡a la Constitución no se le toca!”. De mil, 155 empresas que el Estado tenía en ese año, se privatizaron cerca de mil. Entre ellas, Teléfonos de México, Aeronaves de México, Mexicana de Aviación, DINA, IMEVISIÓN, Fertilizantes Mexicanos y los bancos. Y todos esos cambios y privatizaciones se hicieron para beneficio de los mismos que hoy se autoerigen como campeones y defensores de la democracia y gritan histéricamente, rayando en lo ridículo con su playera del INE puesta, que: “¡Al INE no se le toca!”.   (Catedrático e investigador universitario)