El PRI y su dirigencia, una oportunidad perdida para ejercitar el músculo político

El PRI y su dirigencia, una oportunidad perdida para ejercitar el músculo político

*En Tabasco, fuera del poder el tricolor necesita movilizar a sus bases

*Más de una década sin liderazgo claro; sólo administrar un partido

*Ahora en Tlaxcala, otro crimen contra comunicador y activista social

EL PARTIDO Revolucionario Institucional (PRI) dejó pasar en Tabasco la oportunidad de un debate público en ocasión del relevo en la presidencia de su Comité Estatal. Esto ha venido sucediendo con oídos los partidos que prefieren no exponerse al riesgo de una fractura interna, con el pretexto de que puede haber intervención externa. La cada vez más competida lucha por el poder se ha reflejado en una mayor cerrazón en la democratización de los procesos partidistas, cuando debería ser al contrario. Las bases partidistas aparecen ajenas a la discusión política.

Al contrario de la resignación o la indiferencia de militantes y ciudadanos comunes, me parece que los partidos no sólo pueden sino que tienen la obligación de ejercitar el músculo democrático. Reciben recursos para sostener sus estructuras, tienen que trabajar para la sociedad no sólo para los cargos.

DEBE SER MÁS QUE UN TRÁMITE

CONFORME a su calendario tricolor, el domingo próximo Gustavo de la Torre Zurita podrá rendir protesta ante los 500 consejeros políticos de ese partido. Podría decirse que tendrá que construir su liderazgo al revés, aunque ya fue dirigente del sector popular del PRI tabasqueño, secretario general y secretario de organización, en realidad tiene ahora el desafío de acudir a las bases. Por lo menos una precampaña entre varios aspirantes hubiera servido para sacudirse la idea de que fue una imposición, pero sobre todo para permitirle a este instituto tener los reflectores y  mostrarse como un partido vivo. Más todavía ahora que no tiene el poder gubernamental.

Cuentan que la confrontación de ideas y propuestas, así como las negociaciones, ocurrieron en privado. El propio Gustavo de la Torres agradeció a Miguel Ángel Moheno, Javier Díaz, Aquiles Reyes, Aquiles Domínguez, Nicolás Haddad, Nicolás Bellizia y Lorena Beaurregard, su disposición para lograr un consenso. Hubo otros aspirantes como Miguel Cachón, Rodrigo Marín y Pedro Gutiérrez, que no fueron mencionados; inclusive este último anunció que impugnaría la convocatoria. En 2011, el “eterno secretario” del tricolor  logró echar abajo un viciado proceso para designar a Miguel Romero.

Desde mucho antes de los procesos electorales del 2012 –cuando perdió la gubernatura-, el tricolor ha tenido dificultades para contar con una dirigencia estable. Podríamos remontar sus conflictos a mediados de los noventas. Pero no vayamos tan lejos, así por ejemplo, después del breve paso de Romero Pérez por la presidencia del Comité Estatal asumió el cargo Francisco Herrera en marzo de ese año, llevando como secretaria general a Liliana Madrigal, a quienes les tocó la histórica derrota derivada también de divisiones internas. Apenas pasada esa debacle, Herrera tuvo que renunciar y la dirigencia fue ocupada temporalmente por quien era delegado regional, el chiapaneco Antonio Aguilar Bodegas.

Siguió un accidentado proceso de selección –quizá por eso ahora el tricolor prefirió no hacer olas-, en el que compitieron Evaristo Hernández Cruz y Erubiel Alonso; visto que este último era el candidato de la línea y el ex alcalde el abanderado rebelde, la asamblea priista le pasó encima dándole al de Balancán 2 mil 822 votos contra un mil 61: casi tres a uno. Erubiel Alonso rindió protesta en noviembre del 2013;  le tocó estar al frente de su partido en las elecciones intermedias del 2015 cuando no le fue posible a su partido remontar la fuerza del PRD. No concluyó su mandato y renunció en enero del 2016.

LA DIFÍCIL LEGITIMIDAD

FUE ENTONCES cuando “de manera interina” llegó Miguel Ángel Valdivia, quien supuestamente sólo estaría un máximo de dos meses, pero las presiones y desacuerdos entre los grupos le permitieron alargar su estancia por casi un año más. A Valdivia le correspondió otra mala racha para el tricolor: en las elecciones extraordinarias de Centro su partido fue enviado al tercer sitio. En los periodos de Alonso y Valdivia se registró en el PRI la mayor fuga de militantes; el primer éxodo (al parecer temporal) fortaleció al Partido Verde de Federico Madrazo y el segundo fue hacia Morena y al PRD.

Cuando renunció Erubiel Alonso en enero del 2016, el tricolor estaba pasando por otra crisis; no se ponían de acuerdo en quién los representaría en las elecciones extraordinarias para el municipio de Centro. Se decía que el balancanense ya no era factor de unidad; había una lucha abierta entre Evaristo Hernández Cruz y Adrián Hernández Balboa por ser los candidatos; entre los aspirantes también estaba Francisco Celorio. Al final la nominación recayó en Liliana Madrigal; Hernández Cruz y Celorio renunciaron al tricolor.

En todo este tiempo los priistas locales se han quejado del poco interés que su dirigencia nacional tiene respecto al futuro inmediato de ese partido. Este desinterés se agudizó con la llegada de Enrique Ochoa Reza al CEN tricolor por una razón elemental: el ex director de la Comisión Federal de Electricidad no es gente de partido y su tiempo lo ha ocupado en tratar de conocer y controlar las estructuras internas.

Desde agosto del 2013 uno de los cuadros priistas puso de manifiesto el abandono que los militantes de ese partido percibían en relación al centro del poder partidista: Guillermo Narváez Osorio, fuerte aspirante a la dirigencia estatal, decidió  abandonar la contienda para “llamar la atención”. Argumentó que habían transcurrido 14 meses que “lo perdimos todo” y seguía la indolencia. Imagine usted cómo estaban las cosas en ese 2013 que entre las propuestas a dirigir el PRI figuraba Federico Madrazo quien meses después se convirtió en líder del PVEM y dolor de cabeza de sus antiguos aliados.

SIGUE LA CUENTA TRÁGICA

EL COMUNICADOR y activista Juan José Roldán, de 36 años de edad, fue asesinado en Tlaxcala. Trabajaba en el municipio de Calpulalpan. Su cuerpo fue hallado el domingo 16, según reportó la Unión de Periodistas de Tlaxcala (UPET), que exigió una investigación a fondo. Es el quinto periodista muerto violentamente en menos de dos meses en el país. Otras víctimas son Cecilio Pineda, en Tierra Caliente, Guerrero; Ricardo Monlui, en Yanga, Veracruz; Miroslava Breach, en Chihuahua y Maximino Rodríguez, en Baja California Sur.

Roldán colaboraba en el diario Síntesis y participaba en organizaciones pro derechos de la comunidad Lésbico-Gay. Aunque las cifras difieren, se tiene un registro de 104 periodistas asesinados entre el 2000 y lo que va del 2017, 96 hombres y 8 mujeres.