El reencuentro de dos compañeros y amigos: Gerardo Gaudiano y Aurelio Nuño

Nota Bene

Vino a Villahermosa el secretario de la SEP, Aurelio Nuño. Era un evento protocolario, relacionado con la secretaría que el dirige, y ahí el funcionario federal se encontró con una grata sorpresa: Un gran amigo y compañero de mil batallas estudiantiles, al que por los avatares de la vida no había podido frecuentar, y esa persona es Gerardo Gaudiano, el joven presidente municipal de Centro.

Cuando Nuño comentó en público su cercanía y estima hubo un gran aplauso para el alcalde Gaudiano.

Los jóvenes asistentes al acto lo aplaudieron mucho más que a cualquiera de los presentes reconociendo su liderazgo y celebrando compartir y ser cómplices de tan grato momento: El reencuentro entre dos amigos y compañeros cuyo afecto no se pierde a pesar de las distancias de la vida.

A raíz de este acontecimiento me viene a la memoria una anécdota que posiblemente hubiera cambiado la historia política de Tabasco y especialmente la de Villahermosa.

El Presidente Enrique Peña Nieto, en un evento de la cámara de diputados federal en la legislatura en la que Gerardo Gaudiano era legislador, le hizo formalmente la oferta al hoy alcalde de Centro para que se sumase al PRI prometiéndole una larga y fructífera carrera política en esas filas.

Gaudiano no dudó un segundo y en ese instante declinó el ofrecimiento dando las gracias al mandatario. Gerardo Gaudiano tenía muy claras sus lealtades. Posiblemente podría estar ocupando, como su contemporáneo y compañero de estudios y amigo, Aurelio Nuño, un alto o altísimo cargo en el gobierno de Peña, pero el presidente municipal de Centro quiso regresar a trabajar a sus raíces, militando en el PRD, partido que le acogió para sus inicios y desarrollo de sus inquietudes políticas.

La historia recoge sólo una de las formas en las que pudieron suceder las cosas: precisamente aquella en la que sucedieron.

Ahora estamos en otras cosas, aunque los calendarios sigan colgados de ayer. Son muy pocos los preocupados por las verdades indescifrables de anteayer, que ya se han puesto amarillas en los álbumes.

Pero el reencuentro del amigo Gaudiano, perredista, con el compañero Nuño, priista demuestra que no es tan importante en que trinchera se ocupa uno de los intereses comunes, sino la actitud de buscar el beneficio de todos.