Epidemia de “candidatitis” en el “circo” de la política y la quiebra que nos preocupa

Bajo la remendada carpa del circo tabasqueño están disputando, infinidad de los primeros actores, las candidaturas para las elecciones que se celebrarán en el 2018. Algunos, pocos, tienen los pies en la tierra, pero la mayoría son equilibristas que, vistos desde lejos, pueden confundirse con los beneméritos payasos, aunque no tengan la menor gracia y hayan aburrido al respetable público, que no tiene dinero para pagar la entrada y lo que busca es la salida.  – ¡A ver a quién le da más vértigo!, parecen decir los que tienen la decisión en sus manos. El problema de esta epidemia es que se están mareando en las alturas. ¿Por qué no discuten sobre el que sufre mayores mareos? Los que tenemos ganas de vomitar somos nosotros. Llevamos tanto tiempo en la cuerda floja que algunos la han arrancado con la intención de ahorcarse, mientras hay cada vez más desempleados, y también empresarios  y políticos, que prefieren conservarla para atar los perros cuando falte longaniza. Mientras esto ocurre en tierras chocas en nuestra nación amenazada por un furioso y desequilibrado presidente de los EEUU, Trump, los aumentos a los precios de los artículos más consumidos e imprescindibles practican el “aumento por goteo” a modo de tortura china. ¿Guarda alguna relación la subida de la factura de la luz a los ciudadanos con la quiebra encubierta de la CFE tras décadas de saqueo? Ni la Lotería Nacional se salva del desastre y ya hay quién con voz autorizada ha propuesto su desaparición por inviable, dado su desproporcionado endeudamiento por la corrupción enquistada con diagnostico mortal. Si alguien propone investigarlo le llamarán demagogo, pero ciertamente los miles de millones de déficit eléctrico, y de otras instituciones económicas del estado, tendremos que pagarlo los de siempre, que somos los que menos tenemos y no nos consuela saber que en el Gobierno hay señores que tienen menos luces aunque mucho más dinero aunque sea mal habido. La función se está poniendo bastante pesada y por si fuera poco nada puede verse claro. El duelo entre los aspirantes a candidatos ha perdido interés para muchos espectadores, suplantado por el que tienen en su casa partidaria. Saben que les están moviendo la patria bajo los pies y que los gobernantes no saben sostenerla con sus pecadoras manos. Los supervivientes recordarán que hubo una vez un circo.