Inseguridad, percepción y hechos

Inseguridad, percepción y hechos

La percepción de seguridad o inseguridad no son fenómenos aislados. Las personas y las comunidades se sienten inseguras porque realmente ocurren hechos de violencia y delitos. Pero también los delincuentes se pueden beneficiar del hecho de que la policía sea o parezca ineficiente. Resulta lógico que si los delincuentes perciben débil a las autoridades se sentirán con mayor libertad para actuar en contra de la población. Una posibilidad no descartable es que algunos líderes o protectores de las bandas aprovechen para difundir presuntos fallos en seguridad.

Le comento esto porque a finales del año pasado en Tabasco era común que se hablara de una grave inseguridad. Hubo quienes hasta celebraban que los delincuentes pareciera estar ganando la batalla. Muchas veces los cálculos electorales pasan por encima de las necesidades de la gente.

Inclusive durante 2016, la ciudad de Villahermosa figuró como la localidad en donde la población se sentía más insegura a nivel nacional. A pesar de que era en lugares como Acapulco, Chilpancingo, Ciudad Victoria, Culiacán, donde ocurría el mayor número de crímenes y actos violentos.

En diciembre del año pasado llegó a Villahermosa un contingente de la Gendarmería Nacional.  Y aunque el problema en Tabasco eran y son los delitos de orden común como robos y asaltos, el despliegue de agentes federales –entrenados para combatir delitos de alto impacto- ayudó a disminuir la idea de una policía débil. El impacto de la presencia de agentes más adiestrados y mejor armados tuvo un efecto también psicológico.

No han desaparecido los delitos es cierto, porque ninguna sociedad consigue estar con cero crímenes. Pero la presencia de la Gendarmería Nacional ha servido para confirmar que Tabasco tiene que trabajar en varias direcciones. Es importante recordar que la Gendarmería no se quedará para siempre. Así, en la entidad se debe depurar y mejorar a su policía, pero también impulsar un cambio en la sociedad para hacerla menos vulnerable a la delincuencia. Hay que fortalecer los lazos sociales, pero también sostener un claro mensaje a la delincuencia: el que la hace, la paga.

Por lo pronto, hay que agilizar los recursos adicionales para el Plan Integral de Seguridad. En esto, como se dijo durante los debates en el Congreso local, el tiempo cuenta y cuenta mucho.

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Menos grilla y más acciones en turismo, pidió la presidenta de los hoteleros Beatriz Milland. La preocupación tiene argumentos. En Tabasco ha ido en caída libre la ocupación de los servicios de hotelería y de restaurantes. La crisis petrolera tiene repercusiones en el empleo y el consumo. Se teme que en Semana Santa la ocupación de cuartos caiga hasta al 35 por ciento. Por eso es de celebrar y apoyar la campaña “Descubre Tabasco” que se propone que un mayor número de tabasqueños visiten los lugares turísticos de la entidad. Hay que incentivar el turismo social y local. Apostarle sólo a los extranjeros o a los viajeros de negocios ya no es tan redituable.

Desde el 2015  la iniciativa privada mexicana y organismos gubernamentales plantearon una estrategia para que México dirigiera sus esfuerzos al turismo local. Se preveía que la inestabilidad del dólar y la inseguridad en otros países por el terrorismo, así como la disminución de recursos en las familias, haría que los mexicanos que normalmente viajan al extranjero prefirieran quedarse en el país. Ahora el objetivo también debe ser social y cultural: que nuestros compatriotas conozcan más de lo propio. Esto ayuda a la economía en muchos sentidos.

SE LE COMPLICA al tabasqueño Graco Ramírez su aspiración a la candidatura presidencial por el PRD. Un grupo encabezado por el obispo de Cuernavaca, Ramón Castro y por el senador ex perredista Rabindranath Salazar encabezan un “bloque opositor” en Morelos contra el todavía gobernador. El otro aspirante a la nominación amarilla es Silvano Aureoles, gobernador de Michoacán, quien recientemente estuvo en Villahermosa.