JAVIDU

JAVIDU

La detención de Javier Duarte de Ochoa debe enmarcarse en un ámbito de publicitación institucional, y no se debió ni se debe seguir utilizando como una estrategia en el ámbito político; las leyes y tribunales establecidos con antelación deberán actuar impecable y ampliamente para resarcir e imponer las sanciones que ameriten los delitos cometidos contra la sociedad.

Una realidad es, que será muy difícil erradicar el tufo del morbo que alrededor de éste asunto se ha desencadenado, ya que desde la actuación de JAVIDU como gobernador las cosas pintaban muy mal, y el hoy detenido forjo a sangre y fuego el infernal proceso que trae sobre sus hombros desde la cobarde y desleal huida.

JAVIDU resumía el descontrol e inseguridad de Veracruz con nada más grave que el hurto de unos cuantos gansitos y frutsis, e incluso horas antes de oficializar su renuncia y emprender la graciosa huida siguió con su devoto recital de inocencia e se proclamó incólume de cualquier desfalco del erario público.

Duarte de Ochoa le fallo a su entidad, a su pueblo, a sus amigos, a su familia y hasta a sí mismo; colocado en el selecto grupo neo generacional (algunos le llaman la maldición peñanietista, ya que los 4 puestos como ejemplos son hoy señalados por corrupción grosera). Duarte de Ochoa le fallo a su expartido, a la democracia y a los anhelos de bienestar y paz social.

Javidu no entendió ni asumió la responsabilidad que los jóvenes tienen para con este desangelado país, no dimensiono la magnitud de sus actos y que por cada omisión o acción dolosa contra el erario público decrecía la raquítica confianza ciudadana y cimentaba el rencor y la desesperanza del mexicano en los políticos.

Hoy, su detención no puede ni debe significar la oportunidad para “limpiar honores” partidistas, ni para magnificar promesas hechas desde la investidura de gobernador, tampoco se debe reducir a chivo expiatorio mediante 140 caracteres; su detención debe significar un triunfo del Estado de Derecho y la satisfacción de la demanda más sentida del colectivo que es la de erradicar la impunidad y los excesos de la clase gobernante.

Desde mi Punto de Vista, mal hacen los dirigentes partidistas y algunos agoreros y zalameros del poder en utilizar este evento para jalar agua para su molino; la falla estructural es y ha sido fomentada por todos esos hombres y alguna que otra mujer que en las plazas públicas se desgañotan en promesas y parabienes populares, pero que a la hora de la verdad han sucumbido a sus más bajas pasiones y groseros anhelos. Por una sola vez en su vida (política) dejen que las autoridades judiciales y competentes hagan su trabajo.