La maternidad subrogada y la posición de GIRE

La gestación subrogada pretendió hacer legal el “alquiler”

La primera reforma al Código Civil de Tabasco, en su artículo 92, que permitió la existencia de los contratos de gestación subrogada pretendió hacer legal el “alquiler” de vientres de las mujeres, pero no incluyó protecciones a las partes del mismo.

Se limitó a definir la figura y establecer la posibilidad del registro de niños nacidos a partir de estos acuerdos, siempre y cuando las partes acudieran al registro civil con el certificado de nacimiento y un contrato notariado. Pero esa reforma, afirma GIRE (Grupo de Información en Reproducción Elegida),  omitió por ejemplo establecer protecciones para las mujeres gestantes, y requisitos o restricciones con respecto a quién podía acceder a la práctica, ni la intervención de alguna autoridad para vigilar y regular los contratos.

A partir de esa reforma, hace veinte años, la  posibilidad de participar en un contrato de gestación subrogada en Tabasco, incrementó el número de personas y parejas extranjeras que viajaban al estado para ese fin. Sobre todo cuando los gobiernos de la India y Tailandia que eran los principales destinos para este fin, impusieron más restricciones a dicha práctica.

Al tiempo que la reforma se puso en práctica surgieron múltiples y serios problemas, por  lo cual el entonces gobernador Arturo Núñez Jiménez, demando a la  legislatura local la aprobación de una iniciativa para una nueva reforma al  Código Civil de Tabasco en relación a maternidad subrogada, la cual antes fue revisada por GIRE, que a partir de sus observaciones envió a Núñez Jiménez varias recomendaciones, las cuales fueron ignoradas y el 13 de enero del 2016 se aprobó la propuesta gubernamental.

Antes de eso, varios problemas y reclamaciones se habían hecho visibles, las cuales no fueron debidamente solucionados por la sentencia de la Suprema Corte de Justicia emitida el 3 de junio del 2021, que entre otras cuestiones abrió la posibilidad a extranjeros a contratar mujeres para reproducción subrogada, sin dar respuesta a los problemas reclamados por varias de las partes de los contratos.

GIRE organización fundada por la feminista mexicana Patricia Mercado en 1992, en base a la información en Tabasco, en torno a la maternidad subrogada, le ha dado seguimiento a varios casos de inconformidad en tanto de las gestantes como de la otra aparte del contrato. 

Destaca que  la normatividad local  en materia de gestación subrogada sigue siendo deficiente, entre otras cosas porque  está ausente la regulación federal en materia de reproducción asistida y  por ello  se han producido  múltiples violaciones a derechos humanos, incluidos el derecho a la no discriminación, el derecho a la seguridad jurídica y el derecho a la identidad.

La experiencia de GIRE en el acompañamiento de personas que han participado en este tipo de acuerdos en el estado de Tabasco revela patrones de abuso donde el Estado no ha cumplido con sus obligaciones de garantizar los derechos humanos de las partes.

Ante este panorama, propone al Estado encontrar la forma de proteger a las personas que desean ser padres y madres, a las mujeres que deciden gestar para otras familias y a las niñas y niños que nacen por este tipo de acuerdos. GIRE considera que esta tarea es posible si se tiene como eje rector garantizar la protección a los derechos humanos de todas las personas involucradas.

Feministas de todo el país, en Tabasco también,  han exigido la abrogación de la maternidad subrogada  “las mujeres no somos mercancía”, han gritado por las calles de todas las capitales del país.

Sin embargo juristas locales, el propio presidente de la Suprema Corte de Justicia,  y organizaciones feministas serias como GIRE, opinan que dar marcha atrás a lo que ya está en la ley resultaría contraproducente porque la práctica del alquiler de vientres se daría en la clandestinidad.

Por lo pronto obtienen jugosas ganancias las agencias, la mayoría extranjeras, establecidas en nuestro país y que proponen contratos en la clandestinidad a quienes observan la complicidad del proceso y los problemas que se generan, en perjuicio de la salud de las mujeres y los niños,  clínicas y algunos médicos.