Liberté, égalité, fraternité.

Un fenómeno que se debe resaltar es que en la elección Francesa se ha exponenciado el populismo, dicho de otra manera es que la plataforma política

El lema que sin duda encarna el ideal del Estado de Bienestar a que todo orden democrático aspira a instaurar y mantener.

La República Francesa los cobijo como piedra angular de su razón de ser como un Estado Soberano, aunque en el vaivén de la gestión del poder esa gran nación no ha estado exenta de las tempestades ocasionadas por los enemigos de la democracia.

Al ser la 6ta economía mundial y ser el primer destino turístico mundial, con 83 millones de visitantes extranjeros por año (7 % del PIB), a Francia se le considera la cuna de los la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, redactada en su territorio en 1789. Una nación con gran influencia y legado cultural y teórico, que ha contribuido a cimentar el pensamiento en todo el orbe.

Hoy ha generado múltiples expectativas en torno a su proceso electoral para suceder a Francois Hollande; en termino claros en juego está el fortalecimiento de la democracia, la estabilidad política y social de Europa y el destino de la Republica de Francia, que a pesar de estar en posición macroeconómica favorable también adolece con una tasa de desempleo que alcanza el 10 por ciento, la situación económica y la seguridad amenazada por los ataques terroristas.

Un fenómeno que se debe resaltar es que en la elección Francesa se ha exponenciado el populismo, dicho de otra manera es que la plataforma política de los aspirantes ha alcanzado niveles de alarma entre los politólogos.

En la figura de Emmanuel Macron los partidarios de la Euro Zona ven a un aliado emergente que lograría salvarle la vida al bloque Europeo y no dudaran ni un ápice en apoyarlo con todo en la segunda vuelta contra la ultraderechista Marine Le Pen (favorita de Trump), desterrando así toda posibilidad de un “Frexit” como se le ha empezado a nombrar a la propuesta de la candidata de sacar a Francia de la Unión Europea.

Otro gran ganador, fue el mensaje certero de rechazo a la corrupción y a los actos impropios que al amparo del poder hacen algunos políticos, ya que al haber quedado en un lejano tercer lugar, el conservador Francois Fillon que al iniciar las campañas se presentaba como el puntero y favorito, pero al ser encuerado con el “Penelopegate”, fue perdiendo empuje y apoyo ciudadano.

Otro gran ganador en la primera vuelta, fueron sin duda las encuestas o sondeos de opinión, que con precisión milimétrica y asertiva (por fin) anunciaron el resultado que se presentaría; sin duda un respiro para los estudios demoscópicos que tras varios traspiés se empezaban a poner en tela de juicio su utilidad y viabilidad.

En mi Punto de Vista, un gran sabor de boca y un útil mensaje han dado las instituciones de Francia y los electores, al conducir y concluir un primer proceso con transparencia y en apego a los principios de competitividad incluyente y constructiva; también se debe resaltar la civilidad de los contendientes no beneficiados por el sufragio popular, quienes reconocieron su derrota y llamaron al pueblo a seguir fortaleciendo la Democracia.