MORENA y PRD: Condenados a entenderse en Tabasco

MORENA y PRD: Condenados a entenderse en Tabasco

Las elecciones en el Estado de México son consideradas por todos los partidos políticos como un termómetro bastante real de lo que puede ocurrir en las presidenciales de 2018 hasta el punto de que el candidato parece más Andrés Manuel López Obrador que la ya famosa Delfina. No falta razón a estos argumentos, no. Las encuestas apuntan a un crecimiento del líder y propietario de MORENA y puntero en todas las mediciones lo que, en principio nadie que sepa un poco de esto puede decir que no es verdad. Sin embargo hay consideraciones importantes que no se están teniendo en cuenta, porque las encuestas deben de ser leídas en su totalidad. Andrés Manuel va en casi todas a la cabeza, pero apenas con dos o tres puntos por delante de Margarita Zavala y en todas se oculta, deliberadamente, que existe un 35 por ciento de indecisos o de personas que no confiesan, es decir que ocultan, para quien han decidido que sea su voto. Por lo general el voto de izquierda es público, quien va a votar a esas opciones lo dice al encuestador. Sin embargo el voto priista y panista, por el contrario, no se manifiesta siempre y se esconde en los indecisos y es en el momento en que se encuentra el votante en la urna cuando se ejerce. Con esos datos nadie puede afirmar que López Obrador tiene la Presidencia de la República en el bolsillo. Solamente con el 9 o 10 por ciento que tiene cautivo el PRD puede garantizar que finalmente ganaría la elección. Lo mismo sucede en Tabasco, aún cuando aquí hay circunstancias muy diferentes y el perredismo goza de muy buena salud, aunque el panismo es apenas una minoría testimonial y el priismo no sabe o no quiere salir de una crisis de identidad que le tiene metido en el fondo de un barranco del que no se ve como pueda salir. Adán Augusto López ha hecho un trabajo enorme, ha construido un partido, MORENA, que hasta apenas hace unos meses no existía y la suerte parece sonreírle, sin embargo parece que ha tocado el techo de crecimiento y sin la ayuda de aliados todo apunta a que se quedaría en la frontera del triunfo. La necedad no es buena consejera y si no se deciden los morenistas a pactar con sus iguales perredistas les van a comer el mandado. Al tiempo.