PRD y MORENA: Aclararlo todo para después enredarlo un poco más

 

Más temprano que tarde llegará el momento de la reconciliación entre las cúpulas del PRD y el líder de MORENA, Andrés Manuel López Obrador, porque los rivales se necesitan. Aunque no sean amigos, ni cómplices, no deben esmerarse en la elaboración de reproches. Lo único que podemos hacer los ciudadanos que no tenemos que hacer casi nada en este asunto, es esperar que las cosas vengan mejor dadas en una alianza probable de estas dos formaciones políticas. Nuestra situación, la de los mexicanos de a pié que solo somos espectadores de nuestro propio saqueo, es semejante a la de aquel señor que se casó con una viuda que tenía diez hijos y confesó, humildemente, que a él le quedaba muy poco que hacer. ¿Quién puede negar la evidencia, salvo algunos generales que eran tan valientes que jamás se rindieron ante ello? Lo que ocurre es que en el sorteo de México y Tabasco, tenemos derecho a comprar un cachito de esa lotería todos los que queremos a nuestras patrias grande y chica. En lo que concierne a Tabasco hemos sido un enigma histórico mucho antes de que los historiadores se sintieran intrigados por saber dónde estaba el origen de La Malinche. Ahora el líder de MORENA, en línea con Groucho Marx, desea aclararlo todo a condición de enredarlo un poco más. Busca una entrega sin condiciones de los perredistas, para después pactar con el PRD. A mí me queda poco que ver que no haya visto con anterioridad. Soy un modelo de los años 50 del siglo pasado y he conocido, mejor sería decir padecido, todos los sistemas políticos inventados, pero me prohíbo ponerme pesadísimo al enumerarlos. Ahora que hemos inventado en AMLO un héroe retrospectivo, transformando a aquel valiente y quizá lúcido servidor de consignas oportunas en un faro, hay que preguntarse qué va a pasar. Sobre todo, cómo las vamos a pasar nosotros. Lo que nos ha llegado, quizá porque lo hayamos traído, es el resistible avance de la desigualdad. Nuestros vecinos mal amados, pero no aborrecidos, salvo su presidente o lo que sea deniminado, Trump el “ingobernable”, porque la envidia incluye siempre un componente de emulación, están muy descontentos.