Recuento de los abandonados propósitos de año viejo

PARECE CHISTE decir que todo lo queremos alcanzar sin esfuerzo

PARECE CHISTE decir que todo lo queremos alcanzar sin esfuerzo. Y hay anécdotas sobre ello. Si hago mi lista de propósitos para el año nuevo, sueño mucho, y en febrero ya tengo abandonada dicha lista. Y si de vez en cuando me acuerdo de ella, esbozo una sonrisa cómplice. Pero debo reconocer que todo se logra con disciplina. 

ME CONTABA mi amigo Emilio que una vez estaba con un grupo de amigos que estudiaban creo Maestría educativa juntos. Y que recientemente habían recibido el resultado de un examen. Y a la pregunta de sus amigos, él respondió que había sacado 10. Y sus amigos le respondieron: "Ah, pero que chiste tiene, si sacas esa calificación es porque tú estudias para el examen".

SOLO POCAS veces nos detenemos a pensar si estamos aprovechando el tiempo, o simplemente lo estamos dejando fluir, y nada más contamos cada año por venir para un nuevo cumpleaños (ya 63). Lo cierto es que los años pasan y hay temas que vamos posponiendo, por ejemplo el aprender coreano por la moda o el aprender a cortar vidrio para hacer vasos con botellas de reciclaje, si fuera ese el caso.  

HAY TIEMPO aún para llegar al día final de diciembre y escribir los 3, 5 o 10 propósitos para el año 2023, que sean como aliciente para la mejora personal y continua. Solo que de preferencia antes deberíamos revisar los que no cumplimos -todos- de los propósitos para este 2022 que ya mero termina. Y ver si somos persistentes y disciplinados en su cumplimiento, o en qué porcentaje nos quedamos de cumplirlos.

YA LLEGARÁ el final del año para dar a conocer los propios en el texto por escribir en ese día futuro, y he de ser cauto para no escribir lo que no vaya a cumplir y se quede solo en empeño abandonado cuando mucho en marzo, si no es que en febrero. Porque se requiere disciplina, perseverancia y otras cualidades más, que lejos estoy de poseer. Pero estoy de acuerdo con usted de que vale la pena intentarlo. Más si es por nuestra salud, para nuestro beneficio, e inclusive, bueno para nuestra salud mental, la que a veces abandonamos.

DEJAR DE BEBER o beber menos; hacer ejercicio a diario; leer cuando menos un libro por mes, o una hora diaria; lavar el auto una vez por semana; llamar a los amigos o mandarles un mensajito seguido; regar las plantas cada tercer día; buscar trabajo y al conseguirlo no abandonarlo por una mala cara que nos haga un compañero; no andar de rogón con la que se fue; sacar la basura cuando suena la campana; ya no comprar más libros; llevar bitácora del auto en sus visitas al mecánico; y cosas por el estilo. Y muchas más, claro, por eso digo, que debemos revisar dicha lista y hacer la propia con tiempo, para que sea meditada y viable.

A LO MEJOR DEJAMOS truncos unos estudios, y decimos que este año que viene, "con seguridad" los vamos a continuar en ruta para concluir. Yo quiero releer Crimen y Castigo, terminar de leer El Quijote de la Mancha, que siempre llego a la página 80, y no he pasado de allí. O no nos hemos titulado luego de haber concluido los estudios hace ya casi quince años. Y entonces urge reflexionar sobre la necesidad de empujarnos a nosotros mismos para cumplir muchos puntos del plan de propósitos de año nuevo.

YO QUIERO BAJAR diez kilos de peso, no por estética, sino por salud. Quiero aprender inglés y a leer música. Estudiar Filosofía. Leer el Kamasutra y En busca del tiempo perdido. Escribir una canción. Y cosas sencillas por el estilo. Hay canciones que siempre me he querido aprender, y nomás nada, como El sirenito, de Rigo Tovar y A mi manera, de Paul Anka, que canta Frank Sinatra, o la música blue de New York, New York. No, no es mucho ni muy ambicioso lo que aspiro cumplir en el año nuevo, solo que se me pierde el archivo donde escribí los propósitos y cualquier pretexto me lo hago valer a mí mismo. Y me digo que para el otro año sí.

Y UNA FÓRMULA para cumplir los propósitos de año nuevo, sería: "pocos, pero viables". Y no muchos para ver si se cumplen de manera automática, aún quedándonos acostados más tiempo en la cama o hamaca. Si tu propósito es leer (que lo hemos de decir hasta el cansancio sobre la importancia que tiene la lectura para el desarrollo personal) no digas "no tengo tiempo", que el interés tiene pies y vocación. Simplemente es que no quieres y ya. 

ADMIRO A MIS AMIGOS y amigas disciplinadas. Lo que planean lo cumplen a rajatabla. Deben tener un secreto, que deberían de compartir. Pero tiene que ver con el orden (mental) y la disciplina personal. Digo, porque ¿de qué otra manera? En cambio habemos otros (yo) que escucho la canción de Don Chava Flores, esa que se llama "A qué le tiras cuando sueñas mexicano", sobre todo en esa parte en la que nos identificamos cuando dice: "mañana sí que lo hago; mañana sí que voy; mañana sí te pago..."

TENGO UN AMIGO -José Luis Montejo- muy disciplinado que me contó una anécdota sobre el tema. Cada vez que había examen para ascenso, quedaba en los primeros lugares, sea de lo que fuera:  Carrera magisterial, de maestro a director, de director a supervisor. Y admirados -con envidia además- los amigos le preguntaban. Y él, socarrón, contestaba que tenía un secreto. Y se imaginaban que daba dinero para esos lugares que ocupaba, o para comprar la clave del examen, o que rezaba a Dios o a la Virgen de Guadalupe. Y reunidos, les dice: "acérquense, les voy a decir el secreto". Y todos se acercaban para escucharlo, porque querían conocerlo y aplicarlo, y lo iba a decir en voz baja, para que nadie ajeno a ellos escuchara: "pero no se lo cuenten a nadie. El secreto es estudiar mucho". Sus amigos le dieron pamba, porque sintieron que era un vacilón.