Apegos y Pareja

El establecimiento de fuertes lazos afectivos es una necesidad esencial de los seres humanos, los cuales permitirán vivir y desarrollarse adecuadamente. Este establecimiento de lazos afectivos va a explicar las múltiples formas de establecer futuras relaciones interpersonales, así como la estabilidad de las mismas.

Existen 3 tipos de apego, y se reflejan en la manera en cómo nos vinculamos:

1. Apego seguro: las personas que edifican su relación de pareja con base a un apego seguro, son las que más estabilidad y enriquecimiento afectivo y personal suelen conseguir. Esté se basa en la confianza mutua. En ser una persona madura, equilibrada y segura de sí misma, que no tiene miedo al compromiso y cuenta con un proyecto del futuro personal y de la persona con la cual se relaciona. Son personas que también ven necesario disponer de su propio espacio personal, pero dan de sí mismas para construir uno propio en pareja, a la vez que permiten que su compañero/a disponga del suyo. Respetan, saben construir y al mismo tiempo comprenden la importancia de hacer equipo.

2. Apego evasivo: se caracterizan por ver las relaciones afectivas de un modo diferente a lo que es común para el resto de población, ya que la cercanía es innecesaria para ellos, demandan mucho espacio personal y son inexpresivos emocionalmente. Esta forma de ver la relación pareciera que es como si nos les importara, pero es lo contrario, sí hay interés, simplemente que su forma de mostrarlo o vivirlo no corresponde a lo que esperamos. Son distantes y su necesidad de un vínculo cargado de afecto y cariño es muy poco, esto ocasiona un gran sufrimiento para las parejas de personas con este estilo de apego. No saben interpretar las emociones de la pareja, tienen muy poca empatía, por lo que la identificación de necesidades es nula. Necesitan su propio espacio, por lo que prefieren la soledad, razón por la cual evitan los compromisos serios y se inclinan por relaciones esporádicas. El que sean fríos no quiere decir que no tengan necesidades emocionales, simplemente optan por reprimirlas.

3. Apego ansioso: se caracterizan por sentirse nerviosos al momento de la separación de la pareja, aunque no limitan que esta se haga presente, cualquier salida puede generar la coacción de su ansiedad y miedos, queriendo compartirlos con la pareja. Mostrando su  desconfianza en todo momento. Este estilo de apego es muy común, necesitan muestras de afecto constantemente, haciendo sentir a la pareja como si estuviese obligada a tener que demostrar que se le sigue queriendo, incluso en el acto sexual , es casi como una manifestación de “propiedad” al verdadero cariño. Están muy pendientes de nuestras reacciones. Se preocupan por cosas sin importancia, imaginando que algo malo ocurre en la relación y que se le va a dejar. Su humor fácilmente cambia, hay momentos en que somos el amor su vida, y al otro instante son apáticos y desconfiados. Su arma más empleada y con una sutileza extraordinaria es la manipulación emocional; ahí donde ejecutar su voluntad mediante el chantaje, los ultimátums de todo o nada, hasta haciéndose pasar por víctimas. Se presenta con el único fin de conseguir lo que desean.

Es importante destacar que si bien, establecer vínculos sanos es lo mejor que podemos hacer, establecer con nuestra pareja las pautas para construir una relación con apego seguro, es mejor. Todos tenemos los tres apegos en alguna proporción, lo cual lejos de ser algo negativo, nos ayuda a mantener el vínculo, siempre y cuando respetemos las características individuales.

Por ello, la importancia de la familia. Ya que es este el lugar donde pueden encontrarse el amor, la comprensión y el apoyo, aun cuando lo demás haya fracasado. Para el desarrollo de una persona, la familia tiene un lugar importante, ya que son los padres quienes tienen a su cargo la creación, desarrollo y formación de seres humanos. De ella es donde se toma el ejemplo.