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Descubren supertierra GJ 251 c cerca de la Tierra
Madrid, 24 de octubre de 2025.—
¿UNA NUEVA TIERRA?
- Descubren una "supertierra" cercana que renueva las esperanzas de hallar vida fuera del Sistema Solar.
El hallazgo de un exoplaneta denominado GJ 251 c, ubicado a menos de 20 años luz de la Tierra, ha despertado un nuevo optimismo entre los astrónomos en la búsqueda de mundos potencialmente habitables, informaron investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania.
El planeta, clasificado como una "supertierra", tendría una masa casi cuatro veces mayor que la de nuestro planeta y características que sugieren que podría ser rocoso.
Además, se encuentra en la llamada "zona habitable" o "Zona Ricitos de Oro", donde podrían existir condiciones para mantener agua líquida, según explicó el profesor de astronomía Suvrath Mahadevan, coautor del estudio publicado en The Astronomical Journal.
El descubrimiento es fruto de más de dos décadas de observaciones y se considera uno de los avances más prometedores en la búsqueda de vida más allá del Sistema Solar. Los científicos detectaron el planeta mediante el Buscador de Planetas en la Zona Habitable (HPF), un espectrógrafo de alta precisión instalado en el telescopio Hobby-Eberly, en el Observatorio McDonald de Texas.
Este instrumento permite descomponer y analizar la luz estelar para identificar variaciones causadas por la presencia de planetas en órbita.
El equipo analizó las pequeñas oscilaciones de la estrella GJ 251, provocadas por la atracción gravitacional de sus planetas. Primero confirmaron un planeta interior ya conocido, GJ 251 b, y luego detectaron una nueva señal más intensa cada 54 días, correspondiente a GJ 251 c.
- El hallazgo fue validado con observaciones del espectrómetro NEID, ubicado en el Observatorio Nacional Kitt Peak, en Arizona.
Según Mahadevan, el descubrimiento marca un avance tecnológico y metodológico clave: "Este planeta es uno de los mejores candidatos para buscar indicios de atmósfera y vida en los próximos cinco a diez años".
Uno de los principales retos fue distinguir la señal real del planeta de la actividad propia de la estrella, ya que las manchas o variaciones estelares pueden simular el movimiento de un planeta. Para resolverlo, los investigadores aplicaron modelos computacionales avanzados y métodos estadísticos de análisis espectral.
El proyecto, liderado por la Universidad Estatal de Pensilvania con colaboración internacional, demuestra la importancia de la investigación multidisciplinaria y del desarrollo de instrumentos de vanguardia para el estudio de exoplanetas.
Aunque las tecnologías actuales aún no permiten observar directamente a GJ 251 c, los astrónomos confían en que la próxima generación de telescopios gigantes, de hasta 30 metros de diámetro, podrá analizar su atmósfera y quizás revelar rastros químicos compatibles con vida.
"Todavía no podemos confirmar si tiene atmósfera ni si podría albergar vida, pero sin duda es uno de los objetivos más prometedores para las futuras misiones", concluyó Mahadevan.

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