Brasil no cede ante presiones de Trump

BRASIL DEFIENDE SU SOBERANÍA

• A dos días de que entre en vigor un arancel del 50 % impuesto por Estados Unidos a productos brasileños, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva lanzó un mensaje firme al gobierno de Donald Trump: Brasil no cederá ante presiones que comprometan su soberanía o el funcionamiento de su sistema judicial.

“Brasil nunca negociará como si fuera un país pequeño frente a una potencia. Reconocemos el poder económico, militar y tecnológico de Estados Unidos, pero eso no nos intimida. Nos preocupa, sí, pero no nos asusta”, declaró Lula en una entrevista con The New York Times, publicada este miércoles.

• La administración Trump ha condicionado la retirada del arancel a que el gobierno brasileño frene los procesos judiciales contra el expresidente Jair Bolsonaro, quien enfrenta cargos por su presunta participación en un intento de golpe de Estado.

Ante esta exigencia, Brasil ha sido claro: la independencia de los poderes y la defensa del Estado de derecho no están sujetas a negociación.

Lula insistió en que está dispuesto a dialogar con Washington para resolver las diferencias comerciales, pero lamentó la falta de disposición del lado estadounidense.

“Todos saben que he intentado contactar. Nadie ha respondido”, dijo el mandatario desde el palacio presidencial en Brasilia.

También señaló que Trump ha sido el único presidente estadounidense desde Bill Clinton con el que no ha logrado establecer una relación cercana.

"Estoy abierto a conversar", afirmó, recordando que Trump declaró recientemente: “Quizás hable con él en algún momento. Por ahora, no”.

“AMENAZAR POR REDES SOCIALES ES VERGONZOSO”

• Lula criticó duramente que Trump recurriera a su red Truth Social para lanzar amenazas:

“El comportamiento del presidente Trump se aleja por completo de los estándares de la diplomacia. Si hay un conflicto, se hace una llamada, se agenda una reunión, se busca una solución. Lo que no se hace es imponer aranceles y lanzar ultimátums por redes sociales”, reprochó.

El presidente brasileño también defendió la solidez democrática de su país:

“El Estado democrático es algo sagrado. Brasil ya vivió dictaduras, y no queremos repetir esa historia”.

Finalmente, lamentó el deterioro en las relaciones entre ambos países:

“Pasamos de una relación diplomática de 201 años en la que todos ganaban, a una situación en la que todos pierden. Al final, también los ciudadanos estadounidenses pagarán más por productos brasileños como café, carne o jugo de naranja”.