Autofagia y neurodegeneración

PROCESOS DE REGENERACIÓN

La autofagia se ha convertido en la nueva tendencia en salud y bienestar. Este proceso natural de regeneración celular, reconocido por la ciencia, está siendo vinculado por algunos gurús de la belleza con la pérdida de peso, la longevidad y una apariencia más joven.

La autofagia permite que las células se degraden y reciclen sus propios componentes, eliminando proteínas dañadas y estructuras celulares defectuosas mediante los lisosomas. Este mecanismo contribuye a la producción de energía y a la renovación celular, además de reducir el riesgo de ciertas enfermedades y potencialmente prolongar la vida.

En 2016, el científico japonés Yoshinori Ohsumi recibió el Nobel por sus estudios sobre la autofagia, lo que permitió avances en la comprensión de enfermedades neurodegenerativas como Parkinson y demencia. Aunque el término se identificó por primera vez en 1960, su importancia fue plenamente reconocida tras las investigaciones de Ohsumi en los años 90.

El proceso puede activarse de manera natural a través del ayuno, el ejercicio intenso y la restricción de carbohidratos. Experimentos en ratones muestran que la activación de la autofagia puede mejorar la salud general y prolongar la vida, aunque aún no se conoce con exactitud cómo trasladar estos resultados a humanos.

• Sin embargo, se ha comprobado que ayuda en la regulación de infecciones y en la protección frente a inflamaciones.

Diversos programas de estilo de vida, como el libro Glow 15 de Naomi Whittel, proponen rutinas de ayuno intermitente, ejercicios de alta intensidad y cambios dietéticos para "activar" la autofagia, con reportes de beneficios como pérdida de peso, mejora en la masa muscular y reducción de líneas de expresión.

El doctor David Rubinsztein, experto en neurogenética, advierte que estos cambios no son dañinos, siempre que se mantenga un estilo de vida saludable y se consulte a un médico antes de realizar cambios significativos.

Además, investigaciones en su laboratorio muestran que la autofagia podría ayudar a eliminar proteínas acumuladas en enfermedades como Alzheimer, Parkinson y Huntington, ofreciendo una vía de protección frente a patologías neurodegenerativas.