Frutas de otoño

Higos ricos en fibra y minerales

Vamos a empezar con una fruta de temporada muy corta que aparece al final del verano: el higo.

Contrariamente a lo que se pueda pensar, no es un alimento alto en calorías. Por ejemplo, dos higos pequeños, que serían unos 80 gramos, solo aportarían unas 60 kilocalorías.

Sin embargo, son  muy ricos en fibra soluble y una fuente importante de antioxidantes por su aporte en vitaminas A y K. Ya lo vemos por su color liláceo oscuro. También nos aporta minerales como  potasio, calcio, magnesio, hierro y cobre.

A nivel gastronómico se trata de una fruta muy preciada. Ya no solo por su disponibilidad, sino por lo bien que  combina con alimentos y platos salados.

Membrillo, un bálsamo para tu estómago

Ya entrados totalmente en el otoño nos encontramos con el  membrillo. Se trata de una fruta muy particular, que muchas veces nos puede resultar difícil de encontrar. Podríamos decir que en crudo no es una fruta amable, tanto por la textura de su pulpa como por la piel.

De hecho, es posible que encontremos que hay una gran parte de los membrillos a la que no le damos uso y se tiene que  ir a la compostera. En realidad, el membrillo nos viene a recordar que las frutas con gran cantidad de pulpa, con sabores muy palatables y poca semilla, son producto de la acción humana.

El membrillo es  especialmente digestivo una vez cocinado, como ocurre con las manzanas. Si bien el formato de presentación más común es el dulce de membrillo.

Granada antioxidante

La granada también nos anuncia el otoño cuando vamos a la frutería. Quizá sea una de las frutas que más cueste de pelar y preparar, ya que tiene muchas hebras gruesas y solo consumimos frescos los granos. Que eso no te frene, porque se trata de otra fruta con un  alto contenido en antioxidantes y un excelente aporte de vitamina C, además de potasio y ácido fólico.

¿Cómo pelar fácilmente una granada? Empezamos por cortar el cáliz persistente, una protuberancia en forma de corona en uno de sus extremos, como si fuese una tapa. Ahí ya veremos que tiene diferentes secciones. Ponemos  un plato debajo, y cortamos superficialmente esas secciones o gajos. Abrimos los gajos, separados claramente por hebra blanca, y ya podemos desgranar.

Tanto  con la piel del membrillo como con la de la granada podemos hacer infusiones. Como ocurre en otros alimentos, hay nutrientes que se quedan en la cáscara, solo que por su dureza o aspereza no los consumimos directamente. Eso no quiere decir que los descartemos, sino que podemos  aprovechar para hacer té de granada y disfrutar de las sustancias antibacterianas que nos aporta.

Manzana ligera y digestiva

Las manzanas son las reinas del otoño y encontramos una gran cantidad de variedades. Son muy socorridas en la preparación de dulces y compotas, para consumir frescas en cualquier momento o cocinadas.

La manzana resulta  muy digestiva, y asada está indicada en la dieta blanda, aunque sin azúcar ni aderezos. Además, su aporte de ácido málico y ácido tartárico nos ayuda con la digestión de los alimentos con un alto contenido en grasas.

Pera rica en potasio

Después de haber podido disfrutar de lleno de las peras de agua durante el verano,  entramos de lleno en la temporada de las peras de otoño.

A pesar de que tendremos diferentes variedades, lo cierto es que la manzana le gana en facilidad para ser transportada sin sufrir daños. También en que la manzana es muy limpia de comer en comparación con algunas variedades de pera, con alto contenido en agua.

Kiwi, la fruta que te regula

Por último, hay que mencionar que es también época de  kiwi nacional, una de las fuentes de vitamina C más típicas, con un alto poder antioxidante y gran aliado contra el estreñimiento.

¿Eres de esas personas que pelan los kiwis? Te sorprenderá saber que  la piel es comestible y tiene una gran cantidad de nutrientes. Prueba con aquellos que tienen una piel muy fina, ya que la textura "peluda" no es del agrado de todo el mundo.

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