Los colores que usas reflejan cómo eres y también modifican tu ánimo
Y estas son las tonalidades a elegir si tienes el ánimo bajo
¿Qué colores nos calman? ¿Quién no se ha quedado alguna vez contemplando la infinidad de un cielo azul o un mar en calma? De hecho, es una escena que se repite con frecuencia en el cine para describir esos momentos de reflexión y paz interior que invaden a sus personajes. Y lo cierto es que a menudo este es un escenario perfecto para calmar nuestras emociones, aliviar el estrés, disipar las preocupaciones y centrarnos en disfrutar plenamente el momento. Entre otras razones, puede deberse a los tintes de azul y blanco que se expanden ante nuestros ojos.
Quizá esté relacionado con su predominancia en la naturaleza, pero lo cierto es que estar expuestos a estos colores en nuestro día a día mejora nuestro bienestar emocional, a la vez que nos ayuda a focalizar mejor la atención, a concentrarnos con más facilidad y pensar con mayor claridad. Por tanto, la próxima vez que necesites una dosis de tranquilidad, no dudes en adentrarte en la naturaleza para tomar un baño de color o elegir un atuendo que te permita llevar estos colores contigo durante toda la jornada.
¿Hay colores que puedan transmitir agresividad? Los colores por sí solos no tienen el poder de generar un estado de ánimo, pero pueden acentuar nuestras sensaciones y volvernos más vulnerables a expresar lo que sentimos. Ello explica por qué los espacios en los que predominan los tonos rojos suelen sacar a flor de piel nuestras emociones negativas más profundas, volviéndonos más irritables y reactivos. Esta gama cromática, relacionada con la sangre y las heridas, también tiene el poder de acelerar el ritmo de nuestros pensamientos, estimular nuestra energía y hacernos sentir empoderados, lo cual puede hacernos reaccionar de manera más agresiva ante una situación conflictiva.
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La cromatología, la ciencia que estudia los colores, también distingue el marrón oscuro, el gris oscuro y el negro como colores que pueden exacerbar la agresividad y los comportamientos violentos. Se trata de colores muy intensos que lejos de invitar a la calma y la reflexión transmiten una sensación de displacer que desequilibra nuestra estabilidad emocional y nos predispone a expresar con mayor facilidad nuestra incomodidad o disconformidad. Aunque, como ya hemos comentado, por sí solos estos colores no son capaces de volvernos agresivos, pero si nos sentimos especialmente irritables, estar en un entorno oscuro puede desatar nuestras emociones.