Mitos y verdades sobre el ajo crudo

Lo cierto es existente toda una cultura del ajo que procede de muchas comunidades diversas y tiene milenios de antigüedad, y son varios los científicos que se han dedicado a estudiarlo para comprobar si tiene tantas características curativas como se estima (entre ellos el propio Pasteur). Y aun cuando parece existente una base científica para pensar que sus elementos poseen muchas características, de acuerdo con el Centro Nacional de Salud Complementaria e Integradora estadounidense, no muchas son irrefutablemente concluyentes y hace falta continuar investigando.

Ejemplificando, sostienen en un artículo publicado en su web, que el Instituto Nacional del Cáncer de su territorio reconoce que el ajo tiene potenciales característicos anticancerígenas. Pero no ofrece consumir suplementos de ajo como prevención del cáncer. Y menos aún con la esperanza de curarlo.

Se sabe que ingerir ajos crudos no posee contraindicaciones relevantes en dosis típicos, excepto para personas a quienes crea irritación de estómago o alergia, pero se previene que puede contrarrestar el impacto de medicamentos para la circulación de sangre (es un potente anticoagulante) y además se ha definido que puede reducir la efectividad de fármacos como el saquinavir, usado en el procedimiento del VIH.

Ingerir ajo en ayunas tiene los mismos efectos tomado a cualquier hora del día, pero no sirve de mucho si se traga completo. Lo adecuado es machacarlo o, mejor todavía, cortarlo en finas láminas y, si se desea ablandar un poco el sabor, mezclado con aceite de oliva, de lino, nuez o coco. Esto se debería a que sus primordiales virtudes terapéuticas provienen de la alicina, un elemento que no está en el ajo, sino que únicamente se libera una vez que la aliína, un aminoácido azufrado que, si está presente en él, entra en contacto con el oxígeno. Tiene además otras sustancias, muchas de las cuales trabajan en simbiosis con ésta.

Ciertos de sus principios activos se hallan en los extractos que se venden en tiendas naturistas y herbolarios, pero los efectos son diversos conformes el procedimiento por el cual se han obtenido. El más parecido al natural es el prensado en gélido, aun cuando para ciertos usos es preciso una determinada temperatura.

Otra de sus propiedades es que es la alicina el contenido medio en el jugo del ajo es de 4 mg por gramo es bastante volátil y su impacto tan inmediato que en apenas segundos llega a los pulmones, y por esa razón se estima apropiado para intentar infecciones respiratorias. Es inclusive capaz de atravesar la dermis y conseguir los capilares sanguíneos. Se puede experimentar de forma fácil en el hogar, comprobando cómo luego de ponerse unos dientes pelados en los pies y en contacto con la dermis, se nota su sabor en el paladar en unos momentos.

Los elementos sulfóxidos, entre ellos la aliína, que son los que le otorgan sus peculiares olor y sabor, acceden en el organismo por medio del tracto gastrointestinal y según los profesionales poseen un potente impacto biológico.

Otro aspecto positivo del ajo es que resulta bastante nutritivo. Unos 28 gramos tienen dentro un 23% de manganeso, un 17% de vitamina B6, un 15% de vitamina C, un 6% de selenio y unos 0,6 gramos de fibra, además de considerables porciones de calcio, cobre, potasio, fósforo, hierro y vitamina V1.Por cierto, se estima que tiene rastros de fundamentalmente todo lo cual es necesario para subsistir, aun cuando en porciones ínfimas. Y sin apenas calorías, únicamente 42, además de 1,8 gramos de proteínas y 9 de hidratos de carbono.

Dichos son ciertos de los varios beneficios de ingerir ajo crudo según los partidarios de este remedio casero, respaldados por estudios científicos, sin embargo, todavía con mucho por hallar y conceptualizar. En varios casos no se han predeterminado ni las dosis que podrían ser idóneas, ni la frecuencia o si tienen la posibilidad de tener efectos colaterales o dañinos.

Como son:

- Antibiótico

- Antifúngico

-  Antivirus

- Colesterol

- Presión de sangre

- Antioxidante

- Antitóxico

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