
NOTICIAS
ACTUALIDAD
¿Por qué nos da mucha hambre cuando llueve y hace frío?
Cada que llueve te entran las ganas de comer pan, unos huevitos revueltos, unos chilaquiles, pizza o tacos con mucha salsa y no sabes ¿por qué?
Aquí te lo explicamos...
¿Quién es el culpable de mi hambre?
La termogénesis es el fenómeno culpable del hambre casi incontrolable que tenemos cuando hace frío. Esta se refiere a la capacidad que tiene nuestro cuerpo de generar calor en el organismo debido a las reacciones metabólicas.
¿Pero qué tanto es culpable de nuestras ganas voraces de comer cuando hace frío?
Adrián Soto, médico cirujano y especialista en Medicina Interna. Él explica que la termogénesis es un fenómeno real que en efecto puede ser provocado por el frío. Nuestras mitocondrias tienen cuatro proteínas que se encargan de ocasionar que parte de la energía que metabolizamos se gaste en producir calor en lugar de producir ATP (trifosfato de adenosina), la fórmula que utilizan nuestras células como “moneda de cambio” para adquirir energía.
Este proceso sería relevante sólo si fuéramos peces u osos que vamos a hibernar así que no hay manera, de acuerdo con el especialista en Medicina, para justificar que esta mañana fría te hayas echado un litro de atole.
¿Entonces?
Si los humanos nos exponemos crónicamente a temperaturas bajas, comenzaremos a tener más grasa parda, que es el tejido humano con mayor cantidad de termogénesis, pero eso tendría que suceder a lo largo de muchos días. No hay manera en que esto suceda con los humanos a causa de tan solo unos minutos de frío que, seamos realistas, con 8 ºC NO SON congelantes.
Además estamos conscientes de que no tenemos que guardar alimentos para sobrevivir todo el invierno... ¿o sí? Imaginando que somos seres con una constitución similar a la de un pez, que vive en un ambiente frío, el efecto de la termogénesis no podría darse en tan poco tiempo en un humano.
¿Entonces a qué le hecho la culpa?
El hipotálamo, el órgano encargado de controlar el hambre, no es capaz de hacer un censo de cuántas calorías hemos invertido en producir calor, simplemente no lo podría hacer en diez minutos y en función de esas órdenes cambian los estímulos del hambre.
Habría que estudiar si ese estímulo es suficiente para generar hambre, hasta ahora no lo es y nadie lo ha estudiado, pero de acuerdo a Soto es muy poco probable, por lo que podemos concluir que la termogénesis no aplica en los seres humanos como en los animales.
La consecuencia fisiológica del hambre con la termogénesis no tiene una conexión relevante en seres humanos. Lo que es real es que queremos guardar lugar a como dé lugar y para esto bastan las bebidas calientes, así que prepárate un cafecito o té.
Así que si tienes muchas ganas de comer y tu pretexto es el frío pues ‘debes almacenar calorías para sobrevivir al invierno’, controla tus impulsos ansiosos con otros métodos menos glotones.
Puedes leer: Científicos crean a los primeros bebés manipulados genéticamente



DEJA UN COMENTARIO