El amor por los perrihijos, es otro tipo de amor, es uno que eliges tener; comienza con ese amor a primera vista, cuando ves a tu perrito por primera vez y con mirarlo sabes que es perfecto para ti, pero ¿cómo saber si te has convertido en la madre de un perrihijo? Hay ciertas conductas comunes, si te identificas con algunas de estas, definitivamente lo eres.
Duermes con el perro
El perro duerme contigo en la cama o le colocas una cama al perro, muy cerca de la tuya para que te despierte en la mañana.
Llegas al trabajo con pelos de perro en la ropa
Esta es una clara señal de que jugaste o lo mimaste antes de salir a trabajar.
Gastas más dinero en él que en ti
Los servicios “grooming”, alimentación y veterinario pueden alcanzar los cientos o miles de dólares al año, dependiendo su tamaño. Esa cifra supera la que inviertes en tu cuidado personal.
Publicas la versión perruna del ‘selfie’
La fiebre de los ‘selfies’ te dio con el perro. Le tomas fotos, las etiquetas como #dogfie y las compartes en tus redes sociales.
Creas perfiles para el perro en las redes sociales
No sólo tienes tu perfil, también le creaste uno a tu perrihijo para subir las fotos y videos de sus travesuras.
Le celebras el cumpleaños al perro
Esto no requiere mucha explicación. Si lo consideras tu hijo, el cumpleaños es un requisito.
Le haces regalos
Le colocas regalos bajo el árbol de Navidad y le traes obsequios de tus vacaciones.
Tus vacaciones lo incluyen a él
Haces todo lo posible por llevarlo a tus vacaciones, pero si el destino o las actividades no lo permiten, lo dejas en el lugar donde lo cuidarán como tú lo harías.
Lo preparas para la llegada del bebe
Estas embarazada y desde que tu bebe esta en el vientre, preparas a tu perrihijo para la llegada del bebe. Cuando el bebe nace, te ocupas que tu perrihijo lo acepte como el nuevo miembro de la familia.
Has designado la persona que lo cuidará si tu faltaras
No quieres que tu perrihijo acabe en un albergue si algo te impidiera cuidar de él. Entre tus familiares y amigos escoges ese ser especial, que esté dispuesto a adoptarlo y que cumplirá su palabra de cuidarlo hasta el ultimo día su vida.