¿De qué están hechos los perfumes? Te revelamos la ciencia que hay detrás

Aunque pareciera sencillo entender de qué están hechos los perfumes, lo cierto es que la producción de estas míticas fórmulas es un arte que todavía resulta misteriosa.

Si bien el secreto de su elaboración se remonta a tiempos antiguos, rara vez indagamos más allá de su delicioso aroma y perfecta presentación, desconociendo casi por completo los procesos para crearlos.

Desde luego, los  métodos para fabricar perfumes han ido cambiado con el tiempo, eso sí, sin perder la magia que los rodea. Y es que tal como si de un buen vino se tratará,  la creación de un perfume es una fascinante labor que conlleva tiempo, paciencia y mucha creatividad por parte de aquellos que las idean. ¡He ahí que sea reconocido un gran arte dentro del mundo de la belleza!

Si bien nos resulta obvia su composición, los perfumes son mucho más que sólo una mezcla básica de esencias. Sin importar la marca y el proceso de elaboración de cada uno, su base está constituida por múltiples fragancias naturales o sintéticas, disolvente (generalmente alcohol etílico, también conocido como etanol, y agua destilada) y fijador (bálsamos, ámbar gris o aceites, entre otros).

Y sí, aunque suena simple, lo cierto es que cada fórmula cuenta con por lo menos 20 componentes, los cuales, dependiendo de su concentración, le brindan un nombre diferente a la fórmula, definiéndola como un perfume con un 20% a 30% de fragancia; agua de perfume (eau de parfum), con 15% a 20%; agua de tocador (eau de toilette), con 10% a 15% y colonia (eau de cologne) con 2% a 6%, aproximadamente. Es así como cada una puede resultar mucho más concentrada e intensa o bien, más ligera y sutil. 

Ahora, dichas fragancias se clasifican en siete grandes familias olfativas: cítrica, floral, fougère, chipre, amaderada, oriental y gourmand. Sus ingredientes, al mezclarse entre sí, crean notas aromáticas muy propias y únicas. Y es que éstas se jerarquizan a manera de pirámide (notas de salida, cuerpo y base), gracias a las cuales el perfume o sus variaciones cobran vida y personalidad, constituyendo una identidad olfativa que es la que distingue a cada marca, sin importar que comparta ciertas esencias e ingredientes con otras fórmulas disponibles dentro del mercado.