Un estudio internacional publicado en Nature Medicine ha trazado el perfil más completo hasta la fecha sobre los efectos de los medicamentos más populares para bajar de peso, como Ozempic, Wegovy, Zepbound y Mounjaro.
Aunque estos fármacos han revolucionado el tratamiento de la obesidad y la diabetes tipo 2, los investigadores advierten que no son milagrosos y que su uso debe estar estrictamente supervisado por profesionales de la salud.
Los medicamentos analizados pertenecen a la familia de los agonistas del receptor GLP-1, que simulan la acción de una hormona natural que reduce el apetito, ralentiza la digestión y prolonga la sensación de saciedad.
Originalmente diseñados para tratar la diabetes, su uso se ha extendido a pacientes con obesidad y sobrepeso, con resultados clínicos significativos en la pérdida de peso.
El estudio, que analizó datos de más de 2 millones de pacientes con diabetes en Estados Unidos, reveló los beneficios que van más allá del control metabólico:
- Reducción del riesgo de Alzheimer y demencia en un 12%
- Menor incidencia de adicciones a drogas y alcohol
- Disminución de trastornos psicóticos, convulsiones y problemas de coagulación
- Mejora en la salud cardiovascular, renal y respiratoria
- Impacto positivo en el control de impulsos y la salud mental, gracias a su acción sobre áreas cerebrales relacionadas con la recompensa
Pese a sus beneficios, los investigadores advierten que estos fármacos no están exentos de riesgos:
- Problemas gastrointestinales: náuseas, vómitos, diarrea
- Presión arterial baja y desmayos
- Pancreatitis inducida por fármacos
- Cálculos renales y complicaciones en la función renal
- Artritis y efectos secundarios neurovasculares
Los efectos adversos suelen ser leves o moderados, pero requieren monitoreo constante, especialmente en pacientes con comorbilidades.
El estudio fue liderado por el Dr. Ziyad Al-Aly, director de epidemiología clínica en el sistema de salud de veteranos de EE.UU., quien subrayó que "los medicamentos rara vez hacen una sola cosa" y que su impacto debe evaluarse en múltiples dimensiones.
Los expertos recomiendan que estos fármacos no se usen como sustituto de la dieta y el ejercicio, y que su prescripción esté limitada a pacientes con indicación médica clara, evitando su uso recreativo o estético sin supervisión.