Escritoras que utilizaron seudónimos masculinos para poder publicar sus obras

Con motivo del Día Internacional de la Mujer, recordamos la trayectoria de cinco escritoras que se vieron obligadas a usar seudónimos masculinos para poder publicar sus libros.

Las Hermanas Brontë Charlotte, Emily y Ann Brontë se pasaban los días enteros escribiendo y leyendo desde muy jóvenes, alejadas del mundo y las convenciones sociales. Sin importar las normas británicas del siglo XIX, las hermanas siempre expresaron sus opiniones sobre temas que en aquellos años estaban “prohibidos” hablar entre mujeres.

Ahora, demos un pequeño salto a la literatura mexicana con Josefina Vicens, novelista, periodista, guionista de cine y feminista. Su primer novela El libro vacío, le mereció el Premio Xavier Villaurrutia en 1958, más tarde, la autora señalaría que "es completamente autobiográfico; no es una invención, es una cosa sentida por mí y que he padecido y sigo padeciendo".

Mary Shelley Es la autora de Frankenstein o El moderno Prometeo, una historia de terror que dio paso al nacimiento de uno de los monstruos más importantes del género. Esta criatura fantástica comenzó a tener forma en la mente de Mary Shelley gracias a un sueño y su obsesión por lo paranormal; sin embargo, sería hasta el verano de 1816 que la británica comenzaría a escribir este relato como parte de una competencia que propuso el poeta Lord Byron mientras paseaban por el lago de Ginebra.

J.K Rowling  Ni la autora detrás del mundo de Harry Potter se salvó de los estereotipos y prejuicios. La escritora y productora de cine británica se vio obligada a ocultar su nombre (Joanne Rowling) por cuestiones de publicidad. Además para publicar su libro El canto del cuco, Rowling usó el nombre de Robert Galbraith en un intento por evitar que su nombre condicionara las críticas y ventas.