Estos son los síntomas de la adicción a la tecnología en un menor

Las adicciones sin sustancias, las que tienen que ver con la tecnología, por ejemplo, han aumentado mucho en los últimos años entre la población infantil

Cualquier adicción está considerada un trastorno de salud mental, sin embargo, en edad pediátrica es más difícil llegar a un diagnóstico de este tipo, por lo que suele hablarse de consumo problemático, que es la antesala de la adicción.

La tecnología forma parte de nuestra vida y todo parece indicar que seguirá siendo así. Los niños crecen con ella y no pueden vivir al margen de esta realidad, pero sí es necesario regular su consumo.

Síntomas que indican una posible adicción a la tecnología

Los adolescentes, ya antes de la pandemia, estaban con el móvil siempre en la mano. ¿Cómo saber si el uso de tecnología se está volviendo una necesidad? Entre las señales que pueden llevar a pensarlo se encuentran las siguientes:

■ El menor ha dejado de hacer actividades que antes le gustaban.

■ Cuando debe alejarse de la tecnología tiene alteraciones de humor destacables (no el típico enfado cuando se le prohíbe jugar a la consola o se le pide que deje la tablet, sino que llegue a ponerse agresivo).

■ Está con las pantallas a horas en las que debería estar durmiendo o comiendo.

■ Su rendimiento escolar ha decrecido notablemente.

■ Niega estar demasiado pendiente de la tecnología y se conecta a escondidas.

En caso de que se sospeche que un niño o adolescente presenta signos de adicción a la tecnología, lo más aconsejable es acudir a un profesional para que evalúe el caso y asesore a los padres sobre los pasos a seguir

Cómo evitar la dependencia de las pantallas

Para evitar la adicción a la tecnología, Alfaro propone que los bebés no vean pantallas hasta los dos años y, cuando empiecen a utilizar dispositivos, que estén siempre acompañados: «  Se de fijar un tiempo máximo de uso y establecer normas como, por ejemplo, nada de móviles o tablets en las comidas. Por supuesto, nosotras también tenemos que dar ejemplo, ya que se quedan más con lo que ven que con lo que les decimos. A veces miramos el móvil durante la comida, con la excusa de que es por trabajo y así les estamos enviando un mensaje de que hay excepciones. Las normas, en este caso, sí que son igual para todos y todas».