Contaminación atmosférica acelera envejecimiento.

Estudio revela aumento de fragilidad en adultos mayores por exposición a contaminantes

AGENTES DE CONTAMINACIÓN

La exposición prolongada a contaminantes atmosféricos podría acelerar el envejecimiento biológico y aumentar la fragilidad en adultos mayores y personas de edad media, según estudios recientes publicados por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Además, se confirma su vínculo con enfermedades cardiovasculares, respiratorias y neurodegenerativas.

  • Investigadores del INSP analizaron datos de más de 2,000 personas mayores de 50 años en zonas urbanas con altos niveles de partículas PM2.5 y dióxido de nitrógeno (NO₂). Los resultados mostraron que quienes estuvieron expuestos por más de cinco años a estos contaminantes presentaron una reducción significativa en la longitud de los telómeros, marcadores clave del envejecimiento celular.

El estudio también identificó un aumento del 18% en los índices de fragilidad física como pérdida de fuerza, movilidad y resistencia en comparación con poblaciones expuestas a niveles más bajos de contaminación.

La Facultad de Medicina de la UNAM, en colaboración con el Instituto Nacional de Cardiología, confirmó que la exposición crónica a contaminantes finos está asociada con mayor riesgo de hipertensión, arritmias y accidentes cerebrovasculares. En adultos mayores, también se observó una correlación con deterioro cognitivo acelerado y síntomas depresivos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que la contaminación del aire es responsable de 7 millones de muertes prematuras al año, y que sus efectos son más graves en poblaciones vulnerables como niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas.

  • La Secretaría de Salud y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) anunciaron que reforzarán los programas de monitoreo ambiental y campañas de prevención en zonas metropolitanas como el Valle de México, Guadalajara y Monterrey. También se evalúa la actualización de las normas oficiales mexicanas sobre calidad del aire, que no han sido modificadas desde 2014.