El sueño es una función vital para el bienestar físico, mental y emocional, sin embargo, muchas personas lo subestiman.
De acuerdo con la Dra. Elizabeth B. Klerman, neuróloga de la Facultad de Medicina de Harvard, dormir menos de lo necesario puede alterar desde el corazón hasta el cerebro, generando consecuencias que van más allá del simple cansancio.
Durante el sueño, el cuerpo realiza procesos esenciales como la regulación de la presión arterial, el fortalecimiento del sistema inmunológico y la estabilización del estado de ánimo. La falta de descanso interrumpe estos ciclos, elevando el riesgo de infecciones, enfermedades cardiovasculares y trastornos metabólicos como la diabetes y la obesidad.
El desvelo altera los ritmos circadianos, que regulan las funciones del cuerpo en ciclos de 24 horas. Permanecer despierto en la madrugada puede aumentar el riesgo de pensamientos negativos, ansiedad e impulsividad. Estudios de Harvard indican que la probabilidad de suicidio o sobredosis se incrementa durante las horas de vigilia nocturna.
- Además, la falta de sueño afecta la concentración, la memoria y la capacidad de tomar decisiones objetivas. Incluso quienes creen dormir lo suficiente pueden acumular un déficit de sueño que deriva en fatiga crónica y bajo rendimiento.
- El desvelo también puede dañar la vista. La ausencia de descanso profundo favorece afecciones como el glaucoma, el ojo seco y la neuropatía óptica, debido a la falta de regeneración celular que ocurre durante el sueño.
Especialistas recomiendan mantener horarios regulares, evitar el uso de pantallas antes de dormir, limitar el consumo de cafeína y consultar a un médico en caso de insomnio persistente. Dormir no es un lujo, sino una necesidad biológica que protege la salud integral.