Mujeres en la ciencia ayer, hoy y mañana

Las mujeres tienen un papel central en la ciencia, que a menudo no es reconocido. El 11 de febrero se celebra un día que busca cambiar eso.

En el pasado se consideraba que la ciencia y la tecnología eran actividades masculinas. Muchas mujeres que estaban interesadas en áreas como las matemáticas o la física tuvieron que valerse de distintos artilugios, como estudiar a escondidas o hacerse pasar por hombres para publicar su trabajo. Un ejemplo de ello es Sor Juana Inés de la Cruz (1648-1695), una mujer novohispana con una inteligencia excepcional que decidió tomar los hábitos de monja para poder dedicarse al estudio. Entre sus vastos intereses se encontraba la ciencia. Entre otras cosas, incursionó en el estudio de la astronomía y la meteorología, como se puede observar en su magistral Primero sueño. Del mismo modo, se cree que tenía conocimientos avanzados sobre matemáticas y microscopía, temas sobre los que probablemente deliberaba con su amigo Carlos de Sigüenza y Góngora.

Por otra parte, el conocimiento científico nos permite tener una visión integral del universo, saber dónde y cómo surgió la vida, como funciona nuestro cuerpo, entender a otros organismos, estudiar a nuestro planeta o explorar otros planetas, por ejemplo, Marte. Gracias a la ciencia, tenemos vacunas, podemos tratar de predecir cómo evolucionan las pandemias o a qué se debe el cambio climático. Pero también, la ciencia nos enseña un modo de pensar y de investigar, en el que el pensamiento crítico es crucial. Por ello, que las niñas aprendan ciencia les permite tomar decisiones informadas sobre su salud o su entorno

En fechas recientes se han creado diversas iniciativas para visibilizar a las mujeres científicas. Una de ellas es #NoMásMatildas, una iniciativa española cuyo nombre proviene del llamado “Efecto Matilda”. Dicho término, que alude a la falta de reconocimiento a las mujeres científicas, fue acuñado por la historiadora Margaret Rositter en honor a la activista Matilda Joslyn Gage (1826-1898), una sufragista y abolicionista que luchó en Estados Unidos por los derechos de las mujeres y de las minorías, y que sufrió el fenómeno en carne propia.

En 2015, la ONU declaró el 11 de febrero de cada año como el Día internacional de la mujer y la niña en la ciencia, con el objetivo de “lograr el acceso y la participación plena y equitativa en la ciencia para las mujeres y las niñas, y además para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas”