La oscura y turbia historia detrás de las Poquianchis

Según archivos de la decada de los sesenta, las cuatro hermanas Gonzáñlez Valenzuela asesinaron entre 90 y 150 personas entre mujeres, recién nacidos y clientes en Jalisco y Guanajuato

El puesto del  mayor asesino y feminicida en México es ocupado por cuatro mujeres las  hermanas González Valenzuela, quienes en 1964 se hicieron famosas tras ser  acusadas de trata de personas y asesinato y que eran conocidas como  Las poquianchis.

Según archivos de la época asesinaron entre 90 y 150 personas entre mujeres, recién nacidos y clientes.

Delfina, María de Jesús, Carmen y María Luisa, construyeron una red de secuestro y prostitución en Jalisco y Guanajuato.

Las poquianchis nacieron en el salto jalisco en una familia de carácter disfuncional.

Su padre fue un policía del gobierno porfirista, quien  era machista, golpeador y alcohólico del cual se dice que obligó a las hermanas a presenciar la tortura de detenidos durante su infancia.

La madre de las hermanas González Valenzuela era una fanática religiosa.


    En 1938 Carmen se relacionó con un criminal, al que tiempo después abandonó. Sin embargo, durante ese periodo aprendió todo lo necesario sobre el negocio de los bares.
  • Cuando sus padres murieron, utilizaron su herencia para  invertir en su primer burdel, el cual cerró tras una riña en la que murió el hijo de Carmen.
    En 1954, las Poquianchis abrieron el burdel “Guadalajara de noche” en Lagos de Moreno, Jalisco.
    Aunque la prostitución estaba prohibida en Jalisco, las hermanas  establecieron nexos con autoridades corruptas para estar protegidas.
    La edad de sus víctimas oscilaba entre los 12 y 15 años, quienes eran atraídas bajo la promesa de empleos bien pagados, pero en realidad eran secuestradas.
    Una vez en el burdel, las mujeres eran abusadas y golpeadas para someterlas psicológicamente después eran puestas a trabajar, se les mantenía encerradas y se les proporcionaban solo 5 tortillas y frijoles como alimento diariamente.
    Cuando sus víctimas llegaban a los 25 años de edad, eran asesinadas a golpes o bien enterradas o quemadas vivas, además si alguna quedaba embarazada, se le practicaba un aborto y se asesinaba al recién nacido.
    Su imperio terminó cuando una de las víctimas logró escapar y denunciar a las hermanas.
    Tras el arresto, se descubrieron varias fosas clandestinas en un rancho en donde las Poquianchis enterraron a sus víctimas.
    Fueron condenadas a la pena máxima de 40 años de cárcel, pero sólo una logro morir en libertad.