¿Por qué es tan buena la fibra?

Ayuda a la digestión y reduce el riesgo de padecer enfermedades crónicas

Al igual que cualquier otro organismo, las bacterias necesitan comer para obtener energía para sobrevivir y cumplir con sus funciones. El problema es que la mayoría de los carbohidratos, proteínas y grasas se absorben en la sangre antes de que lleguen al intestino, dejando poco para consumo de la flora intestinal. Aquí es donde entra la fibra. Las células humanas no tienen las enzimas para digerirla, por lo que llega al intestino grueso relativamente sin cambios.

Sin embargo, las bacterias intestinales tienen las enzimas para digerir (alimentarse de) la fibra, funcionando como prebióticos, que son fibras vegetales especializadas las cuales actúan como fertilizantes que estimulan el crecimiento de bacterias sanas en el intestino.

De esta manera, promueven el crecimiento de bacterias intestinales “buenas” que pueden tener varios efectos positivos sobre la salud. O sea, dale fibra a tus bacterias y ellas a cambio te darán salud.

Mucho de lo que pasa en nuestro cuerpo es regulado por la microbiota o flora intestinal (los millones de bacterias que viven en nuestro intestino), que a su vez se alimenta de la fibra que contienen los alimentos.

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