¿Por qué tu estómago está más vulnerable en temporada de calor?

Aunque no lo parezca, durante una ola de calor extrema, nuestro estómago también sufre y se vuelve mucho más vulnerable a infecciones, intoxicaciones y malestares

Cuando pensamos en el calor, solemos imaginar sudor, cansancio y sed. Pero hay algo más que muchas veces ignoramos: el impacto que las altas temperaturas tienen en nuestro sistema digestivo.

Y es que, aunque no lo parezca, durante una ola de calor extrema, nuestro estómago también sufre y se vuelve mucho más vulnerable a infecciones, intoxicaciones y malestares.

La razón principal es simple: el calor acelera el crecimiento de bacterias y microorganismos, tanto en los alimentos como en el agua. Esto significa que cualquier descuido en la higiene, el almacenamiento o el consumo puede tener consecuencias más graves en primavera o verano que en otras épocas del año.

Lo que normalmente el cuerpo podría resistir sin mayores complicaciones, en temporada de calor puede convertirse en una fuerte diarrea, vómito o incluso una infección intestinal seria.

Agua contaminada: un peligro latente

Uno de los puntos críticos es el agua. Durante las olas de calor, muchas personas aumentan su consumo de líquidos —lo cual es positivo—, pero también bajan la guardia respecto a la calidad de esa agua.

Beber agua contaminada es una de las principales causas de enfermedades gastrointestinales en temporada calurosa. Si a esto le sumamos los cortes en el suministro o la mala conservación de garrafones, el riesgo se multiplica.

Por eso, tener acceso a agua purificada a domicilio puede ser una buena medida preventiva, especialmente cuando las fuentes tradicionales no ofrecen garantías de seguridad o cuando hay dudas sobre la limpieza de los envases.

Esta opción, además de cómoda, asegura que estés consumiendo un agua tratada profesionalmente, con estándares de calidad más confiables que los del suministro público en muchas zonas urbanas.

Medidas para proteger tu salud en casa

Otra alternativa muy útil es instalar un purificador de agua bajo tarja, ideal para tener acceso continuo a agua segura directamente desde la cocina. Este tipo de purificador se conecta al sistema hidráulico y filtra impurezas, metales pesados y microorganismos que pueden dañar la salud, especialmente en condiciones de calor donde cualquier bacteria puede volverse más agresiva.

Es una solución práctica, discreta y de largo plazo para cuidar tu estómago y el de toda tu familia.

Pero el agua no es el único factor. El calor también influye en la manera en que se descomponen los alimentos. La cadena de frío se rompe con más facilidad, lo que favorece la proliferación de bacterias como la Salmonella o Listeria.

Por eso, es importante extremar las precauciones al momento de refrigerar carnes, lácteos o cualquier alimento perecedero. Los alimentos cocinados que se dejan fuera del refrigerador más de dos horas, especialmente en ambientes calurosos, se convierten en un terreno fértil para gérmenes dañinos.

La importancia de cuidar lo que comes y bebes

Además, en tiempos de calor intenso, muchas personas tienden a comer fuera con mayor frecuencia: en la calle, en el parque, durante viajes o excursiones. Aunque esto es normal en los paseos, también aumenta el riesgo de consumir alimentos que no han sido preparados o conservados adecuadamente.

Un error común es confiar en el aspecto o el olor de los alimentos. Sin embargo, muchas veces, las bacterias responsables de intoxicaciones no alteran el sabor ni el olor de la comida.

Sumado a esto, el calor también puede alterar el equilibrio de la flora intestinal. La combinación entre deshidratación leve, cambios en la dieta y consumo de alimentos más grasosos o azucarados (como helados, refrescos o comida rápida) debilita nuestras defensas digestivas. Por eso es frecuente sentir el estómago más "flojo", inflamado o sensible en esta época.

Cuidar tu estómago en esta temporada implica más que solo evitar comidas pesadas. Requiere prestar atención a la calidad del agua que bebes, revisar cómo se almacenan tus alimentos, mantener la higiene en la cocina y, sobre todo, escuchar a tu cuerpo. Si notas síntomas como náuseas, dolor abdominal o diarrea persistente, no los tomes a la ligera.

En una ola de calor extrema, la prevención es tu mejor aliada. Pequeñas decisiones como instalar un purificador de agua, consumir productos frescos bien refrigerados y evitar el agua de dudosa procedencia pueden marcar una gran diferencia en tu bienestar digestivo.

Porque cuando el calor sube, también suben los riesgos, pero tú puedes estar un paso adelante.