Síndrome de Quervain: la enfermedad que afecta a los millennials trabajadores

Este problema es constante en las nuevas generaciones debido a la naturaleza de las nuevas actividades laborales que demanda actualmente el mercado

La actividad laboral a la que están expuestas las nuevas generaciones pueden hacer que las personas desarrollen desde un trastorno mental conocido como Síndrome de Desgaste Ocupacional, hasta sufrir Síndrome de Quervain.

El Síndrome de Quervain también es conocido como tendinitis de Quervain, y se presenta en los tendones de las muñecas. Llamamos tendones a los tejidos flexibles que conectan el músculo con el hueso y permiten que tengas movimiento en tus manos, piernas, dedos y pies. En el caso de las manos, los tendones conectan con los músculos de tu antebrazo y la muñeca con los huesos de tus dedos. En el momento en el que los tendones de tus muñecas se sobrecargan debido a movimientos repetitivos, estos mismos se inflaman, teniendo como consecuencia la aparición del Síndrome de Quervain.

La Universidad de Harvard afirmó que esta clase de tendonitis, generalmente la padecen las nuevas mamás por los movimientos repetitivos que realizan con sus muñecas para cuidar a su bebé. Asimismo, el uso constante de la computadora y dispositivos móviles ha provocado que otras personas, destacando a los millennials, padezcan de esta anomalía. 

Los síntomas principales del Síndrome de Quervain son dolor e hinchazón en la base de tu pulgar, y en los casos más graves se puede presentar dolor en todo el antebrazo. La inflamación aparece a lo largo de los pulgares y en las muñecas, hasta ocasionar limitación de tus movimientos. Esta afectación puede ser sumamente dolorosa, al grado en el que acciones tan sencillas como servirte agua o agarrar una cuchara se vuelvan complicadas y hasta imposibles. 

Es de suma importancia que si presentas alguno de los síntomas anteriores, no lo ignores y consultes a un médico. Por lo regular, este síndrome se diagnostica por medio de la prueba de Finkelstein, que es un examen en el que maniobras con tu muñeca y pulgar. El tratamiento puede cambiar, según la gravedad de tu lesión; normalmente se trata de reposo, hielo y antiinflamatorios, y en casos más extremos, el médico puede recomendar una cirugía.