La realidad es que es muuuy poco probable que después de recibir cualquier vacuna, incluida la vacuna contra el COVID-19, se produzcan efectos secundarios graves que pongan en jaque tu salud.
Los efectos secundarios más comunes, especialmente ante la vacuna para combatir el COVID- 19, como el dolor donde se ha administrado la vacuna, fiebre o diarrea, por lo general se presentan de forma leve y desaparece rápidamente. Pero ¿por qué pasa?
Las vacunas están diseñadas para conceder inmunidad sin correr el riesgo de presentar la enfermedad contra la que te protegen, es por eso que algunos síntomas o efectos secundarios de la enfermedad se presentan, porque tu sistema inmune está respondiendo a la vacuna que se está preparando para luchar contra el virus.
Estos son los síntomas más frecuentes en la mayoría de las vacunas:
• Fiebre
• Cansancio
• Dolor de cabeza
• Dolor muscular
• Escalofríos
• Diarrea
• Dolor en la zona de la inyección
La probabilidad de que se dé cualquiera de estos efectos secundarios depende de cada vacuna. Es posible que se den efectos secundarios más graves o duraderos, pero son extremadamente infrecuentes.
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