"Debemos aprender a tener amor propio": Karla Reyes

A través de su pintura logra reflejar lo que siente como persona

El arte es una búsqueda constante, experimentar con la técnica pero también con uno mismo, expresarse a plenitud, dice  Karla Reyes, pintora, dibujante, caricaturista, ilustradora, fotógrafa, escultora y más.

“Soy mi modelo”, afirma también quien se define como una persona sensual e inquieta. Aunque comenzó con el interés por el dibujo desde niña, fue al terminar la secundaria cuando decidió que  el arte era lo suyo “y empecé a buscar escuelas, comencé mi carrera”.  Su  primera exposición la tuvo a los 16 años, en un espacio de Paseo de la Reforma en la Ciudad de México, urbe en la que vive.


Nacida en la delegación populosa de  Iztacalco, en la capital del país, aunque muy joven aún lleva media vida dedicada profesionalmente a la plástica. “He participado en 36 exposiciones colectivas en la Ciudad de México, con 4 en Guanajuato, 6 en Guadalajara, 2 en Los Cabos… avanzando poco a poco pero creo que con paso firme”, apunta.

EN BUSCA DE SÍ MISMA

Karla Reyes, su nombre de artista, se define feliz cuando pinta y más todavía cuando su trabajo trasciende, cuando causa un impacto. Llama la atención tu estilo clásico, pero también la experimentación con la forma y los colores. Explica: “Mi disciplina en la anatomía viene de la academia nacional de San Carlos. Ahí aprendí mucho. Tuve que enfocarme a un solo tema, pero también sacar lo que es mi persona. Me considero muy sensual, mi pintura y mi acuarela expresa lo que soy. Ocurre, creo, con todos los artistas: marca uno su esencia como ser humano”.

Más que influencia –sostiene- “es el oficio que te va conformando como artista. Son muchas cosas: puedes ser ilustrador, pintor, muralista, pero finalmente estás en esta rama visual. Puede haber algo que te guíe, pero he ido definiendo un estilo propio dibujando y desdibujando. A mis 29 años creo ya tengo bastante recorrido y con el tiempo se va identificando, distinguiendo, la obra”.


“En el camino quizá se diga que pintamos igual, que se parece mucho a tal o cual.  Pero  cuando te metes a la profundidad de la obra, a lo que cada artista se dedica empieza a notar que hay diferencias. Por eso los que se dedican a falsificar no sacan una réplica exacta porque siempre falta algo”.

Cultiva la ilustración, pero no se encasilla. Porque “el artista, cualquier persona, cuando le gusta algo deriva de muchas cosas; el arte es muy amplio. En lo personal –apunta- yo me siento retroalimentada tanto en fotografía como en pintura. En grabado, como ilustradora, caricaturista, me dedico más a la anatomía, a hacer una pintura más clásica porque es lo comercial, pero mi obra parte de otras ramas, experimento”.