- Este miércoles, en su casa de Cuernavaca, Morelos, falleció Rodrigo Moya, fotógrafo nacionalizado mexicano y una de las voces visuales más importantes del siglo XX. Tenía 91 años y, tras una larga enfermedad, se quedó dormido rodeado del cariño de su esposa, la diseñadora Susan Flaherty, compañera de vida durante 43 años, y bajo el cuidado cercano de su familia.
Moya dedicó su lente a capturar las desigualdades sociales, las luchas populares y los movimientos políticos que marcaron a México y América Latina en las décadas de los 50 y 60.
Su archivo, conformado por más de 40 mil negativos, preservados con esmero por él y Flaherty, documenta esas realidades que con frecuencia pasaron inadvertidas para los medios oficiales.
Su hijo Pablo comentó en entrevista que espera que sus amigos y colegas "lo mantengan presente como un fotógrafo comprometido con la verdad y la historia".
- Nacido en Medellín, Colombia, en 1934, Moya es conocido por imágenes representativas como Che melancólico, tomada en agosto de 1964 en La Habana durante las celebraciones del 26 de julio, aniversario del triunfo de la revolución cubana.
Esa fotografía forma parte de una serie de 19 retratos de Ernesto Guevara captados en un salón con poca luz y fuerte contraluz.
- En 2009, relató a este rotativo que apenas contaba con "las placas restantes del último rollo 6 x 6 centímetros y algo de 35 milímetros" cuando lo fotografió. En 1968, tras el asesinato de Guevara en Bolivia, decidió abandonar el fotoperiodismo.
En su texto Fotografía documental y fotorreportaje, confesó que:
Añadió que, hasta donde sabía, fue el único fotógrafo mexicano que documentó desde dentro esos conflictos armados.