La “mala sangre” que viven los pilotos de la escudería Force India se hizo presente en el Gran Premio de Azerbaiyán, en la que el mexicano Checo Pérez se vio obligado a abandonar la carrera momentáneamente.
Dos semanas después de la controversia generada en GP de Canadá cuando Checo no dejó que Esteban Ocon lo rebasará, a pesar de las indicaciones del equipo, este domingo se vivió otro capítulo.
Con Checo en la tercera posición y con posibilidad de podio, su “compañero”, al intentar rebasarlo le pegó por detrás, y aunque parecía que el mexicano pondría fin a su racha de 37 carreras terminadas, gracias a un “safety car” los mecánicos pudieron recuperar la monoplaza y Pérez continuó corriendo.