Santos, Brasil. La frustración se desbordó este fin de semana en el estadio Vila Belmiro, cuando Neymar Jr. protagonizó una acalorada discusión con un aficionado del Santos, tras la derrota del equipo ante el Internacional de Porto Alegre. El incidente marcó otra noche amarga para el conjunto brasileño, que nuevamente lucha por evitar el descenso.
El astro brasileño, quien volvió a vestir los colores del club donde inició su carrera, no logró evitar el tropiezo como local. Durante el encuentro, Neymar estuvo cerca de empatar el marcador con un disparo de volea con la pierna izquierda.
El balón fue desviado por el portero rival, rebotó en el poste y quedó sobre la línea, donde finalmente fue controlado por el arquero.
Convencido de haber marcado el gol, el delantero celebró efusivamente e incluso destrozó el banderín de tiro de esquina con una patada. Sin embargo, al regresar al campo, se percató de que la anotación no había sido válida, y el juego continuaba.
La tensión aumentó al finalizar el encuentro. Visiblemente molesto, Neymar intercambió palabras con un seguidor del Santos desde las gradas, en un momento que fue captado por las cámaras y que se volvió viral en redes sociales.
- Fue necesaria la intervención de un compañero de equipo para calmar los ánimos y llevar al delantero rumbo al vestidor.
Según reportes, el conflicto verbal habría iniciado desde el minuto 40 del segundo tiempo, cuando el futbolista ya mostraba señales de inconformidad con algunos sectores de la tribuna. Su regreso al club ha estado marcado por lesiones que le han impedido recuperar su mejor nivel, lo que ha generado impaciencia entre los seguidores.
El club que vio brillar a leyendas como Pelé y el propio Neymar atraviesa una difícil situación en el campeonato brasileño, ubicándose en el puesto 17 de la tabla, en zona de descenso.
La temporada, que comenzó con ilusión tras el ascenso y el retorno de su ídolo, se ha convertido en una decepción por los resultados adversos.
La escena entre Neymar y el aficionado refleja el ambiente tenso que se vive en Santos, donde la presión por salvar la categoría aumenta jornada tras jornada. El club deberá replantear su rumbo si desea mantenerse en la élite del fútbol brasileño.