El pasto donde los Jefes de Kansas City y las Águilas de Filadelfia definirán al próximo campeón de la NFL, ya está instalado en el State Farm Stadium de Phoenix, Arizona la sede del Super Bowl LVII.
Esta superficie, natural, no será la misma que usaron los Cardenales de Arizona durante la temporada regular. Se utilizará sólo ese día, y después será donada.
Al final del juego, el césped será donado a una o varias instituciones deportivas.
Esta será la tercera vez que este estadio reciba el Super Bowl, tras recibir las ediciones XLII (2008) y XLIX (2015).