PRESIÓN INTERNACIONAL
La participación de la selección israelí y sus clubes en las competiciones organizadas por la UEFA está bajo seria amenaza de suspensión, en medio de las repercusiones internacionales por el conflicto en Gaza.
Según reportó The Times, "la mayor parte de los miembros del comité ejecutivo están a favor de la suspensión de Israel" como respuesta a las graves violaciones de derechos humanos en territorio palestino ocupado. Esta postura sigue el ejemplo de la exclusión de Rusia tras su invasión de Ucrania en 2022.
Un grupo de ocho expertos de la ONU, liderados por Francesca Albanese, relatora especial para Palestina, solicitaron públicamente que tanto la FIFA como la UEFA suspendan a Israel de todas las competiciones internacionales.
Expresaron los expertos en un comunicado conjunto.
Actualmente, Israel aspira a clasificarse al Mundial 2026 y se encuentra tercero en su grupo, detrás de Noruega e Italia. En cuanto a clubes, el Maccabi Tel Aviv es el único equipo que compite en eventos UEFA, pero sufrió protestas durante un encuentro en Grecia donde aficionados mostraron su rechazo en medio del conflicto.
La UEFA ha intentado mantener un equilibrio diplomático, expresando su repudio a toda violencia que afecte a civiles, como se reflejó en agosto con una pancarta en la Supercopa de Europa, pero sin mencionar a Israel de forma explícita. Esta acción fue criticada por figuras como Mohamed Salah, quien escribió en redes:
En referencia al futbolista palestino asesinado en Gaza.
Desde Israel, Shlomi Barzel, portavoz de la Asociación de Fútbol israelí, declaró:
Mientras tanto, la FIFA mantiene abiertas investigaciones sobre supuestas violaciones de estatutos por parte de la Asociación Israelí de Fútbol y clubes en territorios ocupados, sin embargo, aún no se toman decisiones definitivas. La situación crea un punto de inflexión significativo, donde la política internacional y el deporte se cruzan en un terreno complejo.
- Este debate no solo impacta al ámbito deportivo, sino que pone en evidencia los retos éticos que enfrentan las organizaciones deportivas globales en relación con los derechos humanos y el activismo político, suscitando un análisis profundo sobre si los organismos deportivos deben adoptar posturas en conflictos internacionales.