La fama, muchas veces idealizada como sinónimo de éxito, puede convertirse en un arma de doble filo.
Díaz, quien marcó una época con películas como Algo pasa con Mary, La boda de mi mejor amigo o The Holiday, ofreció un testimonio sincero y contundente sobre las consecuencias que la exposición constante tuvo en su salud mental.
Durante su participación en la Cumbre de Mujeres Más Poderosas el año pasado, compartió una reflexión que resonó con fuerza:
Con estas palabras, Díaz no solo justificó su retiro temporal de Hollywood, sino que reivindicó el derecho—y la necesidad—de priorizarse a sí misma en una industria que suele exigir una entrega total.
- Lo que desde fuera pudo verse como una simple pausa, fue en realidad un proceso profundo de reconstrucción personal.
Díaz habló abiertamente sobre cómo la industria la cosificó, reduciendo su valor a su apariencia física. Reconoció que, aunque en su momento no siempre fue consciente de ello, con los años entendió cómo ese enfoque afectó su autoestima y bienestar.
Su experiencia refleja un problema sistémico en Hollywood, donde las actrices enfrentan una presión desproporcionada por mantener ciertos estándares de belleza, muchas veces a costa de su salud mental.
EL RETIRO COMO ACTO DE AUTOCUIDADOEn 2014, tras más de dos décadas de carrera, Díaz decidió alejarse del cine. Aunque muchos especularon sobre las razones, ella aclaró que fue una elección consciente:
Priorizar su salud emocional
Explorar otros aspectos de su vida, como la maternidad y el emprendimiento (es cofundadora de una marca de vino orgánico)
Liberarse de las expectativas externas