Tras el cierre de El juego del calamar, Lee Jung-jae, el inolvidable jugador 456, compartió detalles sobre el proceso más intenso de su carrera.
En una entrevista con The Hollywood Reporter publicada el 8 de julio, el actor surcoreano habló por primera vez sobre los enormes desafíos físicos y emocionales que enfrentó para rodar el desenlace de la serie.
- Luego de tres temporadas y un fenómeno global sin precedentes, Lee se despidió de Seong Gi-hun sabiendo desde el inicio de la segunda temporada cómo terminaría su historia. Lejos de ser un alivio, conocer ese final lo llevó a comprometerse más a fondo con su personaje.
Ganador del Emmy por su papel en la primera entrega, Lee señaló que el tramo final (en el que Gi-hun se sacrifica para salvar a una bebé) fue el más exigente de toda su carrera.
Para encarnar el deterioro físico y psicológico de su personaje, Lee siguió una dieta extremadamente estricta durante 14 meses.
Y lo logró. En los minutos finales de la serie, con apenas palabras, Lee transmite una intensidad que mantiene al público al borde de las emociones.
UNA BEBÉ, UNA SORPRESA... Y UNA CARGA SIMBÓLICA.
- Uno de los giros más comentados de la tercera temporada fue la inesperada aparición de una recién nacida como ganadora del juego. La hija de Jun-hee, introducida en el segundo episodio con el número 222, se convirtió en el centro emocional del final.
UN FINAL TRÁGICO, PERO COHERENTE.
Aunque tanto él como muchos fans esperaban un cierre menos doloroso para Gi-hun, Lee respaldó por completo la visión del creador de la serie, Hwang Dong-hyuk.
Pese a su experiencia y renombre, Lee no pidió cambios en el guion. "Con todo lo vivido y la confianza que tengo en Hwang, decidí apoyar totalmente su visión. Fue la mejor decisión para la historia".
Al mirar atrás, Lee reflexiona sobre lo que su personaje representa.