Testimonio: Juegos de azar los llevó a la ruina

Cuando ganan en los juegos de azar es una emoción que no pueden disimular, aunque sólo sea para pagar un poco de deudas”

Desde hace siete años que "Graciela" se divorció, una amiga la invitó a distraerse en los juegos de azar de un casino de Villahermosa, más tarde se volvió a casar y su esposo se convirtió en su cómplice de apuestas.

A partir de ahí "Graciela" y "Diego", pasan más de cuarenta horas a la semana en los casinos de juego de Villahermosa y Comalcalco. Los días de quincena y los fines de semana no son parte de la convivencia familiar, sino del olor a humo de cigarro y del sonido de las máquinas de las casas de apuestas.

Hace un par de años el gimnasio que tenían era uno de los más exitosos de Comalcalco; sin embargo, al contratar a una encargada y desatenderlo casi por completo, "Graciela" fue perdiendo a sus clientes mientras ella pasaba las horas en los casinos esperando ganar y gastando con su esposo parte de la quincena.

Hace tres años “Graciela” se embarazó, esperaba su segundo hijo y el primero con "Diego"; las cosas no cambiaron mucho, la camioneta de lujo con la que contaban la vendieron para poder sostener un poco los gastos de la casa, pues el dinero fue escaseando y sólo tenía un ingreso cuando ganaban en el casino, no sin antes haber invertido la quincena de su esposo.

El embarazó siguió, "Graciela" continuaba pasando horas sentada en las sillas ejecutivas pero incómodas para su estado, apostando lo poco que llevaba y consumiendo hasta una cajetilla de cigarros diario junto a su esposo, y muchas tazas de café de las que los asesores le ofrecen para aguantar el desvelo.


Su estilo de vida y el de su pareja empezó a ocasionarles problemas, cuando el bebé nació, pues eso no detuvo a estos padres de continuar con las ganas de seguir apostando para ganar o perder, por lo que al no contar con el apoyo de su familia para cuidar por las noches al recién nacido, la pareja acudía en transporte público hasta el casino y se turnaban uno para jugar mientras el otro esperaba afuera con el bebé de apenas un mes de nacido.

Las críticas no se hicieron esperar, y reportaron a la pareja con el DIF por el trato que le daban al bebé de tenerlo todas las noches en las afueras del casino sin importarles las condiciones de frío o lluvia.

El DIF respondió y le hizo un llamado de atención a la pareja, a tal grado que intentaron quitárselos, pero desde ese momento "Graciela" y "Diego" desaparecieron por un tiempo.

Hoy el niño cuenta con dos años y padece asma, para evitar problemas han decidido dejarlo bajo el resguardo de la hija mayor de "Graciela" quien tiene diez años de edad y quien se hace cargo del bebé en su casa, mientras sus padres pasan sus noches en el casino con la suerte al aire.

Un amigo de "Graciela" señala que incluso cuando hay ocasiones en los que se quedan sin dinero para pagar un taxi particular, tienen que esperar a que amanezca para poder tomar el transporte público que es más económico y así regresar a casa.


Pese a la mala suerte que los ha dejado sin camioneta y sin una vivienda propia, "Graciela" y "Diego", siguen apostándole a los juegos de azar que los ha dejado, hasta sin vida familiar.