Testimonio: "Me prostituía en un burdel de Cancún"

Andrea fue víctima de la red que operaba en su escuela.

Andrea N., con tan sólo 15 años de edad vive una nueva etapa en su vida, luego de haber escapado de una red de trata de blancas que la mantuvo cautiva por un mes, donde su cuerpo se convirtió en un objeto sexual, vendido al mejor postor.

Todo comenzó en una comunidad de Cunduacán, donde aún estudiaba la secundaria como toda una adolescente con ganas de superarse y salir de las carencias que vivía en su hogar junto a sus tres hermanas.

Para no correr la misma suerte que todas las mujeres de su pueblo, Andrea le hizo caso a su mejor amiga de nombre Marisol N, otra menor de padres divorciados y con dos abortos a sus 15 años de edad.

Marisol le propuso ser dama de compañía en Cancún, ahí les pagarían un buen salario y sólo sería durante un fin de semana.

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Impulsada por el hambre de querer una mejor vida, Andrea le tomó la palabra y se fueron juntas en busca del nuevo empleo.

Con tristeza y arrepentimiento de sus actos, Andrea detalla que el infierno comenzó cuando descubrió que su amiga formaba parte de una red de criminales, tenía acceso a todo, dinero, drogas y armas, se dedicaba a secuestrar a menores para prostituirlas fuera de Tabasco.

Siendo una menor de edad se convirtió en una trabajadora sexual que trabajaba las 24 horas del día, aunque se alimentaba tres veces al día la comida era racionada y siempre tenía la vigilancia de personas armadas que caminaban de un lado a otro de la casa de seguridad.

Andrea estuvo recluida 28 días en Cancún; su madre logró rescatarla de sus captores, quienes aún la amenazan para que regrese. 

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