En medio de un accidentado proceso legislativo, con protestas y tomas de tribuna, Morena y sus aliados se impusieron y avalaron las reformas a la Ley General de Salud.
Con ellas, la Secretaría de Hacienda dispondrá y manejará con libertad los 33 mil millones de pesos del Fondo de Gastos Catastróficos -en el futuro otros remanentes del mismo fondo- y destinarlos para la atención de todo el Sistema de Salud y no sólo para las 66 enfermedades graves o catastróficas de alto riesgo y de alto costo, como el cáncer.
Con 249 votos a favor, 108 en contra y seis abstenciones, el dictamen quedó aprobado en la Cámara de Diputados y se turnó al Senado para su discusión y votación.
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Luego de la aprobación en lo general, con 242 votos a favor, siete en contra y cinco abstenciones, Morena se abstuvo de pasar a tribuna a defender el dictamen en lo particular y sólo dejó que la oposición propusiera decenas de “reservas” y propuestas de “candados” a la ley para etiquetar el uso de estos recursos, que fueron todas rechazadas.
El párrafo que se propone agregar al artículo 77 bis de la Ley General de Salud señala que: “Cuando el Fondo acumule recursos en un monto superior a dos veces la suma aprobada en el Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal 2020 como aportaciones al fideicomiso del Fondo de Salud para el Bienestar, el remanente podrá destinarse a fortalecer acciones en materia de salud a través del reintegro de recursos correspondiente a la Tesorería de la Federación.