Una investigación de la Agencia de Investigación Ambiental (EIA) ha revelado un millonario esquema de contrabando operado por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que involucra el tráfico de mercurio desde minas en Querétaro hacia países sudamericanos como Bolivia, Perú y Colombia.
- 200 toneladas traficadas entre 2019 y 2025, generando ganancias estimadas en 8 mil millones de dólares.
- El mercurio se utiliza para separar partículas de oro en la minería artesanal, práctica que representa el 40% de las emisiones humanas de mercurio.
- Las minas Cristo Vive, El Mono, La Fe y La Peña están bajo control del CJNG, con fortificaciones, vigilancia armada y cámaras.
- El metal se oculta en sacos de grava o botes de pintura, burlando controles aduaneros en puertos como Manzanillo y Veracruz.
El impacto ambiental es grave: se han detectado concentraciones de mercurio hasta 1,400 veces superiores a las normas mexicanas en ríos y suelos de la Sierra Gorda.
El operador identificado es Juan José Zamorano Dávila, quien junto a su hermano y la exfuncionaria panista Alejandra Pulido Briseño, habría coordinado la red de extracción, transporte y exportación del mercurio.
Este caso expone cómo el crimen organizado ha diversificado sus actividades más allá del narcotráfico, incursionando en delitos ambientales con consecuencias globales.