Cansada de los desplantes, indiferencias, humillaciones y distanciamiento de su esposo, una mujer decidió seguir a su pareja, sabiendo que podía encontrar lo peor: Otra mujer.
Tras varios días de seguir al infiel, se percató de sus visitas regulares a moteles y hoteles de paso. Ahí encontró la respuesta a la falta de liquidez de su esposo para cubrir las necesidades primarias en el hogar; pero lo que ella quería era confrontar a la mujer que estaba rompiendo con su matrimonio, así que se armó de valor y esperó a que el hombre ingresara a la habitación, minutos después tocó en la habitación.
Apareció su esposo desnudo, dentro de la habitación se encontraba ‘la otra’. Insultos y manoteos surgieron en contra de la ‘mujerzuela’. El marido se paralizó, tardó en reaccionar y se interpuso entre su esposa y su ‘segundo frente’.
La mujer no se salvó de arañones, jalones de cabello, patadas, mientras el marido logró desapartarla y empujarla.
Los terapeutas de relaciones sugieren que los problemas relacionados con la infidelidad se pueden mejorar a través de la terapia; pero, reconocen es uno de los problemas más difíciles de tratar cuando se quiere reconstruir una relación.