Antes de su fuga del penal del Altiplano en 2015, Joaquín ´El Chapo´ Guzmán protagonizó una inusual escena que aún permanece en la memoria de quienes estuvieron presentes: una visita al restaurante de mariscos Las Palmas, en Culiacán, Sinaloa.
- Donde no solo impuso un fuerte operativo de seguridad, sino que también invitó la comida a todos los comensales.
El periodista Malcolm Beith narró el suceso en su libro El último narco: El Chapo, donde detalla cómo un comando armado ingresó al restaurante una tarde de noviembre para anunciar la llegada del líder del Cártel de Sinaloa.
Dijo uno de los hombres de Guzmán a los alrededor de 30 clientes.
Como medida de seguridad, los asistentes fueron obligados a entregar sus teléfonos móviles, mientras se cerraban las puertas del local.
Fueron las instrucciones, según el autor del libro.
Guzmán Loera ingresó con tranquilidad al lugar, saludó a los presentes de forma cordial, y se dirigió a un área privada para disfrutar lo que Beith describió como "un festín de carne y camarones".
Durante aproximadamente dos horas, los comensales permanecieron en sus mesas, sin acceso a sus teléfonos ni posibilidad de abandonar el lugar. Tras la comida, ´El Chapo´ salió discretamente por la puerta trasera y, como había prometido, los clientes comprobaron que sus cuentas habían sido cubiertas en su totalidad.
Este no habría sido un caso aislado. Medios como Los Angeles Times documentaron un incidente similar en un restaurante de Ciudad Juárez, donde también se confiscaron celulares y se pagó la cuenta general. Aunque los propietarios negaron los hechos, el periodista Beith y el FBI respaldaron los relatos de los testigos.
Según The New Yorker, Guzmán Loera era un fanático de la comida gourmet y acostumbraba visitar restaurantes elegantes con frecuencia.
Reveló un agente de la DEA al medio estadounidense.