¿El Coronavirus podría anticipar el fin del dinero en México?

El COVID-19 puso de manifiesto la importancia de universalizar la inclusión financiera

En relación a su consumo diario, Latinoamérica posee uno de los niveles más bajos del mundo de pagos electrónicos. Según especialistas, esto la convierte en una región sumamente atractiva para introducir nuevas tecnologías que impulsen la reducción del uso del dinero en efectivo para realizar transacciones. Aunque los intentos y las políticas aplicadas hasta el momento no hayan dados frutos inmediatos, en el escenario de distanciamiento social actual, el Coronavirus se está convirtiendo en el propulsor de nuevos hábitos de consumo y formas de pago, aún en las personas más arraigadas al uso del billete. Por ende, un virus podría ser el motor jamás pensando para acelerar la transformación digital en la región.

Escenario Pre-Cuarentena: el efectivo es el rey 

El modus operandi de los consumidores latinoamericanos implica usar efectivo para las compras cotidianas de bajo importe y dejar a las tarjetas de débito y crédito para las transacciones de mayor importe porque eliminan el riesgo de llevar grandes cantidades de efectivo en el bolsillo, además de que el crédito brinda la posibilidad de financiar la compra. Los consumidores que prefieren pagar en efectivo lo hacen porque es una forma de pago práctica, rápida, y aceptada en todas partes. No requiere de un burocrático mecanismo de verificación y permite mantener en privado las transacciones.

A nivel cultural, el efectivo es difícil de destronar, ya que es por lejos la forma de pago preferida no solo en América Latina, sino en el mundo entero: en Alemania, Italia y Japón un 90% del total de transacciones se continúa realizando con “cash”.

Antes de la propagación global de la enfermedad del Coronavirus, existían solo tres países donde los medios de pagos electrónicos superaban ampliamente al medio de pago tradicional en papel: Suecia, Corea del Sur y China. Este último, por ejemplo, tiene implementado un modelo comercial de bajo uso del efectivo con fomento de parte de su presidente hacia el uso de las monedas digitales, instando a fines de 2019 a la adopción acelerada de tecnología blockchain. Lo cual podría suponer una grave amenaza para el dólar de los Estados Unidos.

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En México, de acuerdo a los resultados obtenidos en la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) el efectivo sigue siendo la opción de pago más usada entre los casi 130 millones de habitantes del país: 9 de cada 10 mexicanos utiliza billetes y monedas para cubrir sus gastos cotidianos. En la encuesta el 95% de los mexicanos dijeron haberlo usado para pagar compras de $500 o menos, mientras que el 87% reconoció haberlo empleado para pagar compras de más de $500.

Bancarización en México 

El COVID-19 puso de manifiesto la importancia de universalizar la inclusión financiera. Menos de la mitad de los mexicanos tiene una cuenta bancaria (47% de acuerdo a la última ENIF). Según Minsait, México tiene el nivel de bancarización más bajo de toda Latinoamérica.

Ahora bien, cuando se incluye toda la gama de productos financieros (cuentas, créditos, seguros o ahorro para el retiro), el porcentaje de la población mayor de 18 años que cuenta con al menos uno es de 68%.  

En el país, el uso de la tarjeta de débito triplica a la de crédito. Entre los principales productos de ahorro o captación (cuentas): 52% son de nómina, 36% de ahorro, 17% de gobierno, 9% pensión, 3% cheques, 2% plazo y apenas 1% inversión.

Según el análisis realizado por la empresa online de servicios financieros el Mejor Trato, el país tiene desafíos que superar como:

~        la reducción de la brecha financiera regional:

Mientras que en la región Noroeste 8 de cada 10 mexicanos están incluidos financieramente, en las regiones centro sur y oriente solo el 60% tiene acceso algún producto financiero.

~        la disminución de la pobreza:

4 de cada 10 mexicanos adultos dicen que su ingreso mensual no es suficiente para ahorrarlo en alguna cuenta.

~        la ampliación del uso de la banca digital en áreas no urbanas:

La inclusión financiera está directamente relacionada con la inclusión digital. Sin inversión en infraestructura que amplíe la conectividad no va a ser posible aumentar el desarrollo de la bancarización.

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Es así que pesar del crecimiento global del uso de medios de pago distintos al efectivo, México que es la segunda economía más importante de América Latina, se encuentra atrasado en su capacidad de adopción de nuevas tecnologías.

Escenario Actual: la supervivencia digital

La coyuntura que transitamos que obligó a la mayoría de la población a permanecer en casa como única “vacuna” conocida hasta el momento para evitar contagiarnos y propagar el Coronavirus, brinda una oportunidad para potenciar los medios electrónicos de pago y desalentar consecuentemente el uso del efectivo.

Gracias a los desarrollos en el sistema financiero de los últimos años que implicaron un avance en las operaciones bancarias junto a la situación de aislamiento actual, se observa un mayor dinamismo en las transacciones sin contacto: los pagos sin contacto aumentaron un 35% en América Latina en medio de la pandemia.


La situación de emergencia sanitaria ha impulsado aún más el uso de plataformas de economía digital. Más de la mitad de los usuarios han adquirido algún producto o servicio en línea, con el objetivo abastecerse sin salir del hogar.

Entre los productos, la comida a domicilio es la más solicitada y los bancarios son los servicios digitales más contratados vía internet.

El gran ganador en esta cuarentena es el rubro Supermercados que triplicó el número de visitas que recibe semanalmente. Los rubros destacados abarcan principalmente productos de la canasta básica, aunque llamó la atención que la cerveza fue de lo más solicitado, con un 83% de aumento.


El uso de los medios digitales en el país en general ya no es ni será el mismo. Hoy la mayoría de los mexicanos esperan el Hot Sale para aprovechar el periodo de descuentos y hacer compras por internet.

De acuerdo a especialistas , las ventas en línea en México crecerán a una tasa del 40% anual por la COVID-19.