Entre ramas y despedidas por Yucatán y Veracruz

Ciertos estados de la República comparten tradiciones como las ramas, una celebración protagonizada por los pequeños

Ciertos estados de la República comparten tradiciones como las ramas, una celebración protagonizada por los pequeños, versión infantil de las posadas.

Los niños preparan una cajita decorada en la que colocan una imagen de la Virgen María o la del Niño Dios, que iluminan con una pequeña vela, y una rama de areka o limonaria, adornada con globos, juguetitos y motivos navideños.

Con los altares ambulantes en mano, pasean por las calles coreando cánticos navideños en busca de dulces o dinero, que demandan bajo el nombre de “aguinaldo” (bolsitas con colación de temporada como cacahuates, naranjas, cañas y tejocotes).

En el caso de la Península de Yucatán, esta tradición comienza antes del primer día de posadas, el 16 de diciembre. El grupo de niños con ramas adornadas según su imaginación, cantan tocando las puertas de casa en casa.

Los versos del cántico comienzan con la siguiente estrofa: “Naranjas, limas y limones /más linda la Virgen que todas las flores /En un portalito de cal y de arena nació Jesucristo por la Nochebuena” y finaliza con la tradicional petición: Si no me dan mi aguinaldo/ mi aguinaldo ya la pagarán con Dios”.

Algunas rimas adicionales se cantan según la respuesta que hayan recibido en cada casa: “Muy agradecida porque en esta casa fue bien recibida. Pasen buenas noches, así les deseamos… “, o si no corren con suerte: “Ya se va la rama muy desconsolada porque en esta casa no le dieron nada…”.

Otras de las tradiciones de Yucatán es que el último día del año las familias crean un muñeco vestido y disfrazado de anciano que representa el año viejo.

Lo dejan reposando en la puerta de la casa hasta que suenan las doce campanadas, hora en que salen a quemarlo, despidiendo al año que se va.

En Veracruz la celebración de las ramas es casi idéntica, pero a ella se le complementa con otra tradición muy parecida, con cántico y finalidad diferentes, que se realiza cerca del fin de año.

Los niños se disfrazan de ancianos con barba blanca y bastón, y encorvados corean un cántico llamado El Viejo buscando representar el año que termina.