El presidente de Colombia, Gustavo Petro, confirmó la participación de exmilitares colombianos en un atentado en Michoacán, México, donde murieron ocho elementos de la Guardia Nacional. Según las autoridades, once ciudadanos colombianos fueron detenidos y vinculados al Cártel de Los Reyes, una organización criminal que opera en la región.
El atentado ocurrió el 28 de mayo de 2025, cuando un convoy militar fue alcanzado por un artefacto explosivo en una zona fronteriza entre Jalisco y Michoacán. La explosión dejó ocho militares muertos y varios heridos. La región es conocida por la presencia de grupos del crimen organizado que disputan el control del territorio.
Las investigaciones revelaron que once de los detenidos habían pertenecido a las Fuerzas Militares de Colombia en el pasado. Petro calificó la situación como una "traición a la patria", señalando que estos exmilitares vendieron su formación militar a una organización criminal extranjera.
- El mandatario colombiano enfatizó que el mercenarismo debe ser castigado con penas severas, ya que representa un riesgo para la seguridad nacional. "No se usa el dinero público de Colombia, e incluso el dinero del pueblo norteamericano, para entrenar gente que después vende sus conocimientos militares a los enemigos de la humanidad", declaró Petro.
La Cancillería de Colombia expresó sus condolencias a las familias de los militares mexicanos fallecidos y aseguró que los detenidos recibirán atención consular conforme a sus derechos. También hizo un llamado a fortalecer la cooperación judicial entre México y Colombia para combatir el crimen organizado.
El gobierno colombiano ha reconocido que la participación de exmilitares en conflictos internacionales es un fenómeno preocupante. En el pasado, se ha documentado la presencia de exmilitares colombianos en Haití, Sudán y Ucrania, lo que ha generado debates sobre la regulación del mercenarismo.
- Este incidente ha puesto en evidencia la creciente influencia de grupos criminales en la región y la participación de extranjeros en actividades ilícitas. La presencia de exmilitares colombianos en el crimen organizado mexicano plantea interrogantes sobre la seguridad y la cooperación internacional en la lucha contra el narcotráfico.
Las autoridades mexicanas continúan investigando el caso y han reforzado la seguridad en Michoacán y Jalisco para evitar nuevos ataques. Mientras tanto, el gobierno colombiano analiza medidas para evitar que más exmilitares sean reclutados por organizaciones criminales.