Mérida, Yucatán. La Secretaría de Desarrollo Sustentable (SDS) reportó la liberación de más de 375,000 crías de tortugas marinas —de las especies carey, blanca y caguama— en al menos cuatro municipios costeros del estado, como parte de las acciones de conservación realizadas en 11 campamentos especializados.
- Durante la temporada de anidación 2025, que abarca de abril a noviembre, se registraron 6,087 nidadas: 3,033 de tortuga carey, con 192,682 crías liberadas; 3,053 de tortuga blanca, con 183,180 crías; y una nidada de tortuga caguama, con 70 ejemplares. Este esfuerzo fue posible gracias a la colaboración entre autoridades estatales, guardaparques y voluntarios.
Actualmente, Yucatán cuenta con 11 campamentos tortugueros, de los cuales tres —ubicados en Sisal, Chabihau-Santa Clara y Dzilam de Bravo— son operados directamente por la SDS, conforme a la norma NOM-162-SEMARNAT-2012.
Con el cierre de la temporada, se realizó una jornada de limpieza y mantenimiento en el campamento de Dzilam de Bravo, con el objetivo de garantizar el buen estado de los corrales y reforzar las medidas de protección. Además, se reconoció el compromiso de los voluntarios, quienes realizan monitoreos nocturnos en condiciones muchas veces difíciles.
- Como parte de las actividades complementarias, se impartió un taller de capacitación para nuevos voluntarios que se sumarán a las labores de conservación en la temporada 2026.
Jorge Novelo López, jefe del Departamento de Conservación Ambiental de la SDS, destacó la dedicación del voluntariado y la coordinación entre instituciones gubernamentales y organizaciones civiles para proteger esta especie clave en el equilibrio ecológico de las costas yucatecas.
Desde 1990, el Gobierno de Yucatán se ha sumado al esfuerzo internacional para preservar las tortugas marinas, todas ellas en peligro de extinción. Actualmente, la SDS gestiona tres Centros de Protección y Conservación autorizados como Unidades de Manejo de Vida Silvestre.
- Entre las principales amenazas que enfrentan estas especies se encuentran las barreras físicas como escolleras y espigones, la modificación de playas, el desarrollo turístico, prácticas pesqueras inadecuadas, urbanización, contaminación marina, alteración de hábitats, saqueo de nidos, comercio ilegal de productos derivados y la presencia de perros ferales que representan un riesgo para los huevos y crías.